Rafael Lozano Muñoz

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Rafael Lozano Muñoz
Olímpico

Rafa
Lozano

Córdoba

Rafael Lozano Muñoz

25.01.1970

Córdoba

3
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1992 Barcelona (España)BoxeoMasculinaMinimosca
Puesto 5
1996 Atlanta (EE.UU.)BoxeoMasculinaMinimosca
Medalla de bronce
2000 Sídney (Australia)BoxeoMasculinaMinimosca
Medalla de plata


Biografía de Rafael Lozano Muñoz

El más grande –pese a su escasa estatura de un metro y 51 centímetros– púgil amateur español de todos los tiempos y una de las instituciones del Olimpismo en España y en Andalucía al poseer dos medallas en los Juegos, palmarés que solo supera en su tierra un paisano suyo, Felipe Reyes, e iguala al de la malagueña Theresa Zabell.

Hijo de Manuel y Rafaela y con tres hermanos (Manuel, Eduardo y Eva María), Rafael nació el 25 de enero de 1970 en Córdoba. Su afición por el boxeo surgió de acompañar a su padre al gimnasio con solo 7 años y ver cómo entrenaba, así como de acudir a las veladas pugilísticas, al término de las cuales se calzaba unos guantes viejos y con su hermano Manolo conectaba los primeros golpes de una trayectoria admirable que le han convertido en un Grande del deporte nacional.

Con 10 años, discurrió del juego al compromiso con el boxeo a raíz de marchar, luego de haber empezado a entrenar en el Polideportivo de la Juventud de Córdoba, al gimnasio de la Fuensanta, donde le esperaban el preparador León Morrugares y Bellido y todos los profesionales y aficionados del Club de Boxeo Córdoba –su primer club–, como los hermanos Gutiérrez, los hermanos Chamorro, los hermanos Millán y otros con los que comenzó a compartir entrenamientos y sudar sobre la lona.

El ingreso en el CB Córdoba trajo el inmediato debut en el cuadrilátero, realizando su primer combate de exhibición contra su hermano Manolo, en el Centro Comercial Híper de Córdoba, en homenaje a José Antonio «Garrote».

Cabe reseñar que en estos comienzos y como otros muchos deportistas andaluces, Rafa entrenaba, estudiaba y ayudaba a su padre, que trabajaba de vendedor ambulante, aunque siempre buscando la ocasión de entrar en los gimnasios de cualquier localidad para entrenar.

En tales circunstancias, la evolución física y técnica del joven púgil cordobés se hizo evidente, sembrando la ilusión de los técnicos que componían su entorno, sobre todo a raíz de su debut competitivo oficial, que tuvo lugar en 1986 en Puente Genil (Córdoba), en combate ante Paco Castro, aunque fundamentalmente después de lograr el 23 de abril de 1987 en Huelva la primera medalla en un Campeonato de España: bronce en la categoría minimosca júnior.

El ascenso a la categoría sénior en 1988 no vino sino a refrendar la calidad y el potencial del andaluz, quien en el Campeonato de España se hizo con la medalla de bronce en Huelva 1988 y Barcelona 1989, y con la de oro en Barcelona 1990, título que le abrió las puertas del equipo nacional y que supuso el comienzo de una desenfrenada carrera internacional de torneos y campeonatos, pues no olvidemos que ese año el deporte español estaba ya en plena preparación de Barcelona 1992.

Así, siempre de la mano del seleccionador nacional Manuel Pombo del Amo, la técnica y la rapidez de Rafa Lozano –de ahí su apodo de Balita– se midieron por primera vez a rivales de otros países en 1990, en torneos como el Internacional de España Boxam, celebrado en Huelva, el Memorial Feliks Stamm de Varsovia (Polonia) y la Copa de Boxeo de Hillerod (Dinamarca), donde obtuvo la medalla de bronce en los dos primeros y el triunfo en el último.

En 1991, el cordobés consiguió la medalla de oro en el Torneo Internacional Gee-Bee, en Helsinki (Finlandia), y la medalla de bronce en los Juegos Mediterráneos de Atenas (Grecia), aunque saldó con discreción –cayó en octavos de final­– el estreno en el Campeonato del Mundo aficionado, disputado en Sídney (Australia). Todo ello, motivó su designación como representante nacional del peso minimosca en los Juegos Olímpicos de 1992.

Llegado el gran momento y luego de haber ratificado su buen estado de forma en los torneos previos –plata en el Boxam celebrado en Badalona y plata en el Gee-Bee, ambos en el peso mosca–, Lozano firmó una notable competición olímpica alcanzando la 5.ª plaza (diploma), entre 30 púgiles participantes. El debut en primera ronda, el 26 de julio, se saldó con triunfo ante el sudafricano Khela Fana Rhwala (9:0), al igual que el compromiso de segunda ronda frente al americano Eric Griffin (6:2), aunque luego fue eliminado en cuartos de final ante el que días más tarde se proclamaría campeón olímpico, el cubano Rogelio Marcelo, por 3:11.

Con 23 años y después de esta primera experiencia olímpica, Rafa Lozano encaró el nuevo ciclo olímpico con mayor intensidad, ilusión y compromiso, pues realmente ante sí tenía todo por descubrir, incluido el máximo nivel que sus puños podían ofrecer. De esta forma, en pleno crecimiento como deportista, el pegador cordobés firmó cuatro años de calidad, engrosando su palmarés con logros como los siguientes: medalla de plata en los Juegos Mediterráneos de Languedoc-Rosellón 1993, cuatro triunfos en el Boxam (Oviedo 1993, Torrevieja 1994, La Línea de la Concepción 1995 y Oviedo 1996), campeón de España en Santander 1994 y Valencia 1995 y medalla de plata en la Copa del Mundo de Bangkok 1994.

A ello hay que unir obligatoriamente, y lo destacamos aparte, la doble participación en el Campeonato de Europa, discreta en Bursa (Turquía) 1993 –eliminado en el primer combate, en octavos de final­– y brillante en Velje (Dinamarca) 1996 –medalla de bronce–, y, sobre todo, el 5.º puesto conseguido en la segunda presencia en el Campeonato del Mundo amateur, Berlín 1995, lo que le reportó la plaza para participar en los Juegos de Atlanta 1996.

En la capital del estado de Georgia, el bravo luchador andaluz obtuvo la medalla de bronce luego de derrotar consecutivamente al namibio Joseph Benhard en primera ronda (10:2), al sudafricano Masibulele Makepula en segunda ronda (14:3) y al indonesio La Paene Masara en cuartos de final (10:9), y perder a los puntos en semifinales ante el filipino Mansueto Velasco (10:22), el 1 de agosto en el Alexander Memorial Coliseum.

Esta presea fue, sin duda, la recompensa y el reconocimiento justo a la dedicación de un deportista constante, accesible, amable y comprometido con su deporte, siempre dispuesto al diálogo y la difusión del noble arte del boxeo, y también actuó de estímulo para continuar en el boxeo aficionado, pese a la llamada del profesionalismo, en busca de las terceras Olimpiadas.

En tal objetivo, en el período de 1997 a 2000, Balita continuó cosechando podios en casi todas las citas internacionales a las que acudió: bronce en los Juegos Mediterráneos de Bari 1997, oro en la Copa de Europa de Atenas 1998, oro en el Boxam Valencia 1998 y Santander 2000, victorias en los torneos Trofeo Italia 1999, en Nápoles, Memorial Feliks Stamm 1999 y Memorial Strandja 2000, en Plovdiv (Bulgaria), y las medallas de plata en el Torneo del Cinturón de Oro de Bucarest 1999 y la Copa de la Química de Halle (Chemiepokal) 2000 en Alemania.

En su debe, el discreto paso por el Campeonato del Mundo de Budapest 1997 –eliminado en su primer combate (octavos de final)– y los Europeos de Minsk 1998 y Tampere 2000, donde no pasó de cuartos de final, pese a lo cual logró ser el único representante español en el torneo olímpico de Sídney 2000.

Viajó a Australia con 30 años y toda la experiencia del mundo, que le permitió calcular los esfuerzos y medir a los rivales que fueron cayendo uno tras otro hasta la soñada final. Exento de la primera ronda, venció al filipino Danilo Lerio (17:15), al keniano Suleiman Wanjau Bilali (11:10) y al norcoreano Kim Un-Chol (15:10) en segunda ronda, cuartos y semifinales, respectivamente. Sin embargo, por el título, el joven francés de 21 años Brahim Asloum le derrotó claramente a los puntos (10:23) e impidió el ansiado oro para el andaluz.

Aquella final celebrada el 30 de septiembre en el Centro de Exposiciones de Sídney significó el último combate aficionado del más laureado púgil aficionado español, quien cerró una época dorada traducida en 178 combates oficiales –139 victorias, 35 derrotas y 4 nulos– y 149 internacionalidades, si bien él contabiliza hasta 214 peleas.

A su regreso a España, Rafa Lozano comenzó a preparar el asalto al profesionalismo, a la par que empezó a formar a jóvenes boxeadores cordobeses en su propia escuela y accedió al mundo de la gestión deportiva, trabajando algunos años en el área de deportes de la Diputación de Córdoba.

Miembro de la Real Orden del Mérito Deportivo, en la categoría de Medalla de Oro, debutó en el ámbito profesional el 25 de mayo de 2001 en el Pabellón Europa de Leganés (Madrid) ante el púgil colombiano Manuel Sarmiento, a quien venció a los puntos. Fue el primero de sus 28 combates profesionales realizados en 9 años de carrera, con un balance de 25 victorias (13 por K.O.) y 3 derrotas, una de las cuales se produjo el 2 de diciembre de 2006, en el Palais Omnisport de París-Bercy (Francia) cuando perdió por K.O. técnico en la conquista del título intercontinental del peso mosca de la WBA frente a su defensor, precisamente un viejo conocido, Brahim Asloum.

La última vez que Rafael Lozano se subió al cuadrilátero fue el 13 de noviembre de 2010, en la localidad cordobesa de Fuente Obejuna, derrotando a Jordi Gallart por el título (vacante) de campeón de España profesional del peso minimosca. A su retirada definitiva –tuvo una primera despedida el 17 de febrero de 2007 ante los suyos en el Palacio Vista Alegre de Córdoba, pero un año después regresó al ring– se dedicó a la promoción de combates y a su escuela de boxeo.

Actualmente, Rafael Lozano, padre de cinco hijos y Premio Andalucía de los Deportes en 2000, vive entre Córdoba y Madrid debido a su trabajo de director técnico de la Federación Española de Boxeo y seleccionador nacional, cargo al que accedió el 4 de julio de 2013 y que le ha llevado de nuevo a los Juegos en Río de Janeiro 2016, dirigiendo a los dos boxeadores españoles clasificados.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 12 de noviembre de 2020