María José Marquina Jiménez

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

María José Marquina Jiménez
Paralímpica

Josefa
Marquina

Cádiz

María José Marquina Jiménez

02.06.1969

Tomelloso (Ciudad Real)

1
Juegos ParalímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2000 Sídney (Australia)Ciclismo_PistaFemeninaKilómetro en tándem
Puesto 4
2000 Sídney (Australia)Ciclismo_PistaFemeninaPersecución en tándem
Puesto 4
2000 Sídney (Australia)Ciclismo_CarreteraFemeninaFondo en tándem
Puesto 5


Biografía de María José Marquina Jiménez

Josefa Marquina es manchega de nacimiento, pero fue en el municipio gaditano de Algeciras donde terminó de convertirse en deportista de alto nivel, alcanzando las prestaciones que le permitirían acudir a los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000 y competir en las pruebas femeninas de tándem junto a su piloto Carmen Bravo, de ahí su condición de andaluza a todos los efectos.

Nuestra protagonista nació en Tomelloso (Ciudad Real) el 2 de junio de 1969, siendo la mayor de cinco hermanos –cuatro mujeres y un varón–, y en su pueblo natal, en el Colegio San Antonio, inició su formación académica. Y decimos la inició porque cuando tenía 8 años de edad sus padres, Benito y Josefa, decidieron mudarse a Valencia y María José retomó los estudios en el Colegio José María Haro.

Josefa se independizó muy joven, a los 15 años, y estuvo un tiempo cuidando a niños en Málaga antes de marcharse a Madrid, donde estudió el bachillerato. Luego, su periplo por distintas ciudades españolas continuó y el destino le llevó hasta Mallorca, donde arrancó su trayectoria sobre la bicicleta a los 25 años, después de afiliarse a la ONCE –tiene una ceguera progresiva de origen desconocido– y conocer a José Luis Bravo, su primer monitor y quien le enseñó a desenvolverse sobre los pedales.

Durante su estancia en la isla comenzó a competir defendiendo el maillot de las Baleares y haciendo pareja con guías locales. Así, en el Campeonato de España de pista de 1996, celebrado precisamente en Palma, obtuvo dos medallas de bronce en kilómetro y persecución formando tándem mixto con Pep Gayá. Al año siguiente (1997) repitió ambos bronces y añadió una plata en velocidad esta vez formando pareja con Pedro Mas y de nuevo en el velódromo de Palma; además, logró otro bronce en el Nacional de ruta celebrado en Melilla, en la prueba en línea y junto al piloto madrileño Mariano García.

Tras estos comienzos, su evolución alcanzó su máximo grado coincidiendo con el traslado a Algeciras, localidad a la que llegó a finales de 1997 y donde permaneció hasta 2000. Durante estos tres años que residió en Andalucía terminó de pulir detalles y mejorar su condición física, teniendo siempre como anhelo y meta estar en las Paralimpiadas de final de siglo.

El primer paso hacia su objetivo fue la campaña de 1998, en la que Josefa volvió a brillar en los campeonatos nacionales, tanto en los de carretera de Jerez de la Frontera (4.ª en contrarreloj y 5.ª en fondo, con Juan Manuel Gómez como piloto) como en el de pista en Valencia (plata en kilómetro y persecución, junto al catalán Oriol Guinard). Ese año, además, con Guinard al manillar, llevó a cabo el debut internacional en el marco del Campeonato del Mundo celebrado en Colorado Springs (Estados Unidos), logrando la 8.ª plaza en kilómetro y la 9.ª en persecución.

La temporada de 1999 se antojaba clave para conseguir el pasaporte paralímpico y María José demostró estar en una de las mejores posiciones para lograrlo en compañía esta vez del madrileño Óscar de la Cruz. Con este piloto, acudió al Europeo de Blois (Francia) –medalla de bronce en contrarreloj–, se proclamó subcampeona de España en contrarreloj y fondo en carretera, en Córdoba, y en kilómetro y persecución en pista, en Valencia, y se impuso en la categoría de tándems en la afamada Escalada a Montjuich, en Barcelona.

Por fin llegó el ansiado año 2000 y con él un cambio significativo para Josefa Marquina, quien decidió preparar el asalto a los Juegos en la categoría de tándem femenino, apartando el mixto, para lo cual se alió con la piloto vallisoletana María del Carmen Bravo, aunque únicamente para competir, ya que nuestra protagonista siguió entrenando en tierras andaluzas con pilotos de la zona.

En el momento de la verdad, el dúo Marquina-Bravo mostró ser un binomio muy bien avenido, imponiendo su ley en el Campeonato de España de carretera en Murcia –campeonas en contrarreloj y línea– y rayando a buena altura –medalla de plata en kilómetro y persecución– en el Nacional de pista disputado en el velódromo de Valencia, avales suficientes para ser el tándem elegido por la federación para representar a España en Sídney 2000.

En la urbe australiana, con ocho tándems en liza, Josefa Marquina y Carmen Bravo debutaron el 20 de octubre en el kilómetro, prueba que ganaron las anfitrionas Tania Modra y Sarnya Parker con un tiempo de 1:11.927, en tanto que las españolas acabaron cuartas con 1:19.072, a apenas 0.176 del bronce.

El segundo de los tres diplomas conseguidos llegó también en el velódromo, en la prueba de persecución. En la calificación el día 21, Marquina y Bravo fueron cuartas con 3:59.610 (récord de España), pasando a las semifinales del día 22, en las que perdieron con las australianas Modra y Parker, luego campeonas. Por el bronce, las españolas fueron derrotadas por las también australianas Lyn Lepore y Lynette Nixon (4:01.372 contra 3:58.311).

Definitivamente, tres días después la dupla española volvió a ser competitiva en ruta al concluir en el 5.º puesto con un tiempo de 1:34:12, habiendo perdido comba al final del grupo de tres parejas que disputó la medalla de plata. Destacadas, el oro correspondió a Lepore y Nixon (1:31:23).

Cerrado el ciclo y cumplido el sueño, Josefa decidió zanjar igualmente su etapa como deportista de alto nivel. En ese mismo año 2000 contrajo matrimonio con Valentín González, piloto madrileño al que conoció durante los años de competición y con el que tiene dos hijos, Adrián y Arturo. La pareja se fue a vivir a Toledo, donde nuestra biografiada ha estudiado Educación Social y Psicología, amén de un máster en Psiquiatría Clínica, con vistas a ampliar sus opciones laborales mientras trabaja vendiendo cupones de la ONCE. Además sigue disfrutando de la bicicleta y también de la natación, si bien solo como afición, sin aquella presión de cuando competía con las mejores del mundo.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 20 de octubre de 2020