María del Carmen Herrera Gómez

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

María del Carmen Herrera Gómez
Paralímpica

Carmen
Herrera

Málaga

María del Carmen Herrera Gómez

26.09.1974

Málaga

3
Juegos ParalímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2004 Atenas (Grecia)JudoFemenina-70 kg
Medalla de oro
2008 Pekín (China)JudoFemenina-70 kg
Medalla de oro
2012 Londres (Reino Unido)JudoFemenina-70 kg
Medalla de oro


Biografía de María del Carmen Herrera Gómez

La historia de las Paralimpiadas nos muestra que cuatro mujeres españolas disfrutan del restringido honor de haber conseguido tres medallas de oro en una misma prueba en tres ediciones consecutivas de los Juegos. La atleta Purificación Santamarta lo hizo en 100 metros lisos en 1984, 1988, 1992 y aun repitió en 1996. Las nadadoras Sara Carracelas, en 50 espalda (1996, 2000 y 2004), y Teresa Perales, en 100 libre (2004, 2008 y 2012), se sumaron posteriormente a este selecto club que por el momento ha cerrado la triple campeona paralímpica del peso medio de judo en Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012: la andaluza Carmen Herrera, la mejor yudoca del deporte adaptado nacional de todos los tiempos y, por supuesto, andaluz.

La conocida como la Valkiria del Sur, por el rubio de su cabello, poseedora de la Medalla de Andalucía (2008) –el máximo galardón que concede su Comunidad de origen– y del Premio Andalucía de los Deportes en 2004, 2007 y 2008, ha sido una luchadora de casta durante dos décadas de imparable trayectoria, que jalonan, amén de las tres medallas paralímpicas, otros dos cetros universales en los Juegos de la IBSA y tres títulos continentales. Un expediente al alcance de muy pocos.

Deportista con personalidad, destacó por una competitividad y carácter ganador fuera de lo común, los cuales le permitieron vencer casi siempre en los momentos importantes y en ocasiones en las que tenía mucho en contra, superando las limitaciones técnicas que ella reconoce tener sobre el tatami en relación a rivales más diestras, pero quizás más débiles en el aspecto mental.

Carmen Herrera nació el 26 de septiembre de 1974 en Málaga, aunque lo hizo en la capital costasoleña porque no había hospital en su pueblo, Alhaurín de la Torre, donde vivían sus padres, Antonio y María, y donde creció junto a sus hermanos Gema, Inmaculada y Diego, siendo ella la segunda en el orden. Vino al mundo con albinismo, una condición genética que limita su agudeza visual y que en deporte adaptado recibe la catalogación B3 para el judo.

Carmen siempre ha sido una deportista vocacional, aunque en la infancia y adolescencia no pudo practicar deporte reglado alguno –más allá del que pudiera hacer durante la EGB en el Colegio San Sebastián– por la falta de consenso familiar, cuestión que le produjo una gran frustración y de la que solo pudo desprenderse cuando a los 17 años, ya haciendo Formación Profesional en la rama de Informática y con margen de decisión propia, empezó a hacer fitness.

Hasta cumplidos los 20 años frecuentó los gimnasios y luego, ya afiliada a la ONCE, compaginó durante algo más de un año atletismo –le gustaba desde pequeña– y judo hasta que en 1995 le instaron a decantarse por uno u otro para competir. “Elegí el judo –que había conocido en un taller de iniciación en Málaga– porque supone un reto con un rival pero también contigo misma”.

Su primera competición oficial fue la Copa ONCE de 1995, celebrada en Toledo el 4 de noviembre, y solo unos meses más tarde compitió por primera vez en el extranjero, disputando el 7 de abril de 1996 el Torneo International Handisport, en Marly-la-Ville (Francia). A raíz de ahí, fue incluida en el grupo de trabajo con base en Madrid y donde estaba el equipo nacional en plena preparación de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, una circunstancia –su presencia en este círculo– que fue determinante en el devenir de nuestra protagonista pues la reafirmó en el camino que había iniciado en el judo y, como ella recuerda, hizo que naciese en su interior el deseo de asistir a la Juegos “viendo a mis compañeros partir y luego combatir por televisión. Me propuse que algún día yo sería uno de ellos”.

A partir de ahí, la progresión de Carmen, henchida de moral, fue evidente y no tardó en entrar en los planes del seleccionador nacional, Vicente Arolas. De hecho, debutó en una gran competición en 1997 con motivo del Campeonato de Europa celebrado en Città di Castello (Italia) y al año siguiente acudió a su primer Campeonato del Mundo, en Madrid. En ambos, Herrera empezó a sumar medallas a sus estanterías haciéndose con el bronce en la categoría de +70 kilos.

En esos primeros años, tuvo varios entrenadores y pasó por Sevilla, donde fichó por el Club Luis Braille, y Madrid, con el Club Chamartín, sin terminar de encontrar su sitio. Hasta que regresó a Málaga en 1999 y empezó a entrenar con Francisco Rodríguez, que se convertiría en su principal maestro hasta el final de la carrera deportiva. Ya esa temporada de 1999 se coronó por vez primera campeona de Europa en Mittersill (Austria), estrenándose en el peso medio o hasta 70 kilos, en el que habría de conseguir todos sus éxitos en adelante.

Dos años más tarde del título continental en Austria –una vez sorteado el año 2000, en el que aún el judo femenino no estaba en el programa paralímpico– la malagueña se reivindicó en Ufá (Rusia) con un nuevo triunfo europeo y en la misma campaña 2001 se colgó la medalla de oro en la Copa del Mundo celebrada en Río de Janeiro (Brasil). En 2002, nueva cita con el podio –plata– en el Campeonato del Mundo, en Roma.

Avanzamos. En abril de 2003 se impuso en el Torneo Internacional de Brommat (Francia), pese a lo cual fue excluida increíblemente del equipo nacional que viajó a continuación a los Juegos Mundiales de la IBSA que acogió Quebec (Canadá) y donde se ponían en juego las primeras plazas para lo que iba a ser el debut del judo para mujeres en las Paralimpiadas. La ausencia de nuestra biografiada hizo peligrar su presencia en Atenas 2004, pero por fortuna la torrealhaurina se ganó la plaza al año siguiente al imponerse en el torneo de clasificación llevado a cabo en Londres en abril de 2004.

Por tanto, llegó a la capital griega para su estreno paralímpico sin hacer demasiado ruido… hasta que arrancó la competición el 20 de septiembre. Carmen derrotó en cuartos de final por yuko a la húngara Sandorne Nagy, en semifinales por ippon a la rusa Tatiana Savostyanova y en la final por ippon a la americana Lorena Pierce, proclamándose así la primera campeona de -70 kg.

Su carrera no había hecho más que despegar y la andaluza lo demostró en el siguiente ciclo paralímpico, en el que estuvo excelsa: tercer título europeo, en Vlaardingen (Holanda) en 2005; segunda medalla de plata en un Mundial, en Brommat (Francia) en 2006, donde se tomó la revancha la húngara Nagy, que la había derrotado en Roma; medalla de oro en los Juegos Mundiales de la IBSA de Sao Paulo (Brasil) en 2007, en los que España fue 5.ª por equipos femeninos; y medalla de bronce en el Europeo de 2007, en Bakú (Azerbaiyán).

Un bagaje con el que acudió a Pekín 2008 a defender su corona frente a otras seis yudocas. Y Carmen lo hizo a lo grande: en cuartos se impuso a la estadounidense Jordan Mouton por ippon, en semifinales por yuko a la holandesa Sanneke Vermuelen y en la final machacó por ippon a la mexicana Lenia Fabiola Ruvalcaba. Desenlace: segundo oro para la malagueña en unos Juegos en los que todas las medallas españolas en judo tuvieron nombre de mujer.

En los sucesivos cuatro años, Carmen Herrera siguió sacando excelente partido a sus entrenamientos junto a Paco Rodríguez en Carranque o en el pabellón de la Universidad de Málaga y en reconocimiento a sus formidables logros en 2009 fue incluida en la Real Orden del Mérito Deportivo en la categoría de medalla de oro. Continuó demostrando su calidad en el combate –medalla de bronce en el Campeonato de Europa de 2009, en Debrecen (Hungría)– y su casta incluso ante las contrariedades, como la lesión de rodilla que padeció durante el Campeonato del Mundo de Antalya (Turquía), en 2010, y que la llevó al fondo de la clasificación (7.ª) y sin medalla por vez primera en mucho tiempo.

Tras cuatro meses sin poder entrenar, a finales de año decidió cambiar de aires y se marchó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid para preparar los Juegos de Londres en la Residencia Joaquín Blume. Carmen logró lo que buscaba y regresó por sus fueros en 2011 para proclamarse campeona de los IBSA World Games de 2011, en Antalya, precisamente el sitio donde doce meses atrás se había lesionado. Además, lo hizo derrotando en la final a la campeona de entonces, la rusa Olga Zabrodskaia. Era el sitio y la rival idóneos para sellar el billete para Londres 2012.

No obstante, un inesperado bajo rendimiento a finales de ese mismo año 2011 en el Campeonato de Europa celebrado en Crawley (Reino Unido) –5.º puesto, en tanto que Zabrodskaia se llevaba el oro– sembró de dudas e incertidumbre la concurrencia de Carmen Herrera a sus terceros Juegos Paralímpicos. Un reto mayúsculo en el que volvió a sacar su garra infinita para dar lo mejor de sí misma en el momento justo, deshaciéndose en cuartos de final de Lenia Ruvalcaba por yuko y en semifinales de la china Zhou Qian por yuko, y venciendo por waza-ari en la gran final a la favorita, la rusa Tatiana Savostyanova.

Cercana a los 40 años, Carmen aún tenía mucho que decir a pesar de que las lesiones se iban presentando con mayor asiduidad. Así, con la rodilla tocada, en 2013 se tuvo que conformar con la 4.ª plaza en el Campeonato de Europa, en Eger (Hungría). Un año después, solo pudo acabar 5.ª en el Campeonato del Mundo de Colorado Springs (Estados Unidos) y, en 2015, bajó a la 9.ª posición en los Juegos Mundiales de Seúl (Corea). A finales de ese año, esta vez la cadera le impidió participar en el Europeo de Odivelas (Portugal), ausencia que complicaba mucho su clasificación para Río 2016 tras un ciclo paralímpico sin medallas internacionales.

Luego de unos meses intentando recuperarse en vano, el 31 de marzo de 2016 anunció en Málaga su retirada del judo: “Me cuesta pensar en llegar sin la preparación debida”, dijo en una rueda de prensa acompañada de su maestro, Francisco Rodríguez. Con 17 títulos de campeona de España a sus espaldas y con la condición de invicta en los Juegos Paralímpicos, Carmen Herrera ponía el punto final a una historia de leyenda…

Una historia que, sin embargo, no había escrito su última palabra, pues la malagueña reflexionó pasado el tiempo y decidió que quería estar en los Juegos de Tokio, la cuna de su disciplina deportiva. Para ello, retornó a la competición –tras más de tres años retirada– en el Campeonato de España de 2019 celebrado en junio en Villaviciosa de Odón (Madrid), colgándose la medalla de oro en -70 kilos, y ya en septiembre regresó al ámbito internacional con la 7.ª plaza en el Grand Prix de Tashkent (Uzbekistán), lo que le permitió avanzar en el ranking mundial. No obstante, la pandemia sanitaria obligó a cancelar las dos últimas pruebas clasificatorias para la cita paralímpica, que Carmen aún persigue con denuedo.

Por lo demás, la de Alhaurín de la Torre, que a lo largo de su trayectoria había ampliado su formación académica en el Instituto Provincial de Educación Permanente y obteniendo después el título de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD), que cursó a caballo entre Málaga y Madrid, ha estudiado en la Universidad de Málaga un máster de coaching deportivo y confía en acceder al mercado laboral para poner su carácter ganador y su vasta experiencia al servicio de los demás. Argumentos no le faltan.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 26 de octubre de 2020