Laura
Blanco
Laura Blanco Guerrero
05.10.1965
Andújar (Jaén)
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1996 Atlanta (EE.UU.) | Ciclismo_Montaña | Femenina | Cross country | Puesto 20 |
Biografía de Laura Blanco Guerrero
Nacida el 6 de octubre de 1965 en Andújar (Jaén), la historia deportiva de esta atleta y ciclista afincada en Málaga capital es una de las más curiosas por cuanto ingresó en la nómina de olímpicos andaluces con el título de única ciclista andaluza en haber participado en unos Juegos, luego de posiblemente la más fugaz de las preparaciones. Hija de Antonio y Carmela y con dos hermanas –María del Carmen y Lourdes–, Laura creció en su pueblo natal, donde estudió en el Instituto Virgen de la Cabeza.
Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Granada, siempre se sintió atraída por la práctica deportiva, fuese cual fuese la modalidad, con el “agravante” de que en cualquiera de ellas destacaba, con especial significación en el atletismo, deporte en el que Laura se centró durante la juventud siendo una corredora descollante de cross y de pista, en pruebas de medio fondo y fondo, dentro de la estructura del joven –constituido en 1979– Club Polideportivo Zeus de Jaén, primera denominación del posterior CA Caja de Jaén y actual CA Unicaja. Como muestra, la jovencísima atleta encadenó en 1982 y 1983 sendos triunfos individuales en categoría júnior en los Campeonatos de España de campo a través, celebrados en Lérida y Zarauz (Guipúzcoa), respectivamente. Y, en pista, fue campeona de España júnior de 1.500 metros bajo techo en 1982 y campeona de España júnior al aire libre de 1.500 y 3.000 metros en 1983, habiendo logrado los tres títulos en Madrid (Palacio de los Deportes y pistas del INEF, respectivamente).
Cinco medallas de oro nacionales en categoría júnior que la convirtieron en un pujante talento del atletismo español, hasta el punto de que con solo 17 años logró la internacionalidad absoluta en cross, debutando el 23 de marzo de 1983 en los Campeonatos del Mundo celebrados en Gateshead (Reino Unido) y haciéndose con la 49.ª plaza individual y la 10.ª por equipos. Asimismo, dentro del equipo nacional, el verano de ese mismo año fue convocada para el VII Campeonato de Europa júnior, en Schwechat (Austria), en cuya final de 3.000 metros lisos –el 28 de agosto– ocupó la 10.ª posición, con un tiempo de 9:29.83.
Ya en la categoría sénior, Laura subió a pruebas de mayor distancia en pista (5.000 y 10.000 metros) aunque con resultados en puestos y marcas de menor significación a los logrados en categorías inferiores, lo que poco a poco la condujo al abandono progresivo de la alta competición atlética en la segunda mitad de los ochenta y a la diversificación del disfrute deportivo, alejada del rendimiento.
Así fue durante casi una década hasta que a mediados de los 90 varias circunstancias se aliaron para que el “animal competitivo” de Laura volviese a rezumar por su privilegiado cuerpo. Primero, los consejos de su amigo Servando Berná, al verla montar en bicicleta durante los largos recorridos que ambos realizaban. Segundo, la lectura del artículo de la revista Bike titulado «Las chicas del mountain bike», que casualmente cayó en sus manos de Laura y mediante el cual se convenció de que la tipología de las practicantes de bicicleta de montaña encajaba perfectamente con la suya. Y tercero, el ambiente cercano, acogedor y familiar que encontró en el Club Bianchi-Recambios López de Fuengirola (Málaga).
Todo ello hizo que se propusiese en 1995, ya con 29 años, empezar en la joven especialidad de bicicleta de montaña a tan solo año y medio de su estreno olímpico, que habría de producirse en Atlanta 1996. Un objetivo, estar en los Juegos Olímpicos, que al principio ni estuvo en la mente de la andaluza pero que, poco a poco, se hizo presente en la mente y corazón de la ya ciclista.
Con el apoyo de los dirigentes del pequeño club, José Ramón, Salvador y Trini, y de sus compañeros de equipo –Javier Ripoll, Alcalá, Benítez y Victoriano–, sin olvidar la labor del mecánico Pepe Pérez, el encargado de mimar su bicicleta, Laura Blanco ganó el mismo año de debut –no había tiempo que perder– el Campeonato de Andalucía en Jerez de la Frontera (Cádiz) y la medalla de plata en el Campeonato de España, en Sierra Nevada (Granada), resultado este que le hizo creer en sus posibilidades de ser olímpica.
Así, de entrenarse ella misma pasó a confiar su preparación a su amigo Pablo Ruiz de Almirón y solicitó una comisión de servicios a la Delegación Provincial de Educación de Málaga –era profesora–, cuya concesión se produjo en marzo de 1996, para permitirle dedicarse en cuerpo y alma al entrenamiento y retornar a su Andújar natal, con la familia y compañeros de entrenamiento.
Comienza de este modo la temporada 1996 con buenas sensaciones, al imponerse en las pruebas de la Copa de España de Alcoy (Alicante) y Manzanares (Madrid), pero la cita clave sería el 28 de abril de 1996, la Copa de Mundo de St. Wendel (Alemania), donde se jugaban las últimas plazas para los Juegos. Allí, la andaluza acabó en una 17.ª posición que le otorgó el billete deseado. El sueño se había cumplido.
Para rematar la alegría y apurar el estado de forma, bajo la supervisión del seleccionador nacional, el ex profesional de carretera Carlos Hernández Bailó, la andujareña se impuso allá donde participó: las pruebas del Abierto de España de San Martín de Valdeiglesias y Las Rozas (Madrid); el Campeonato de Andalucía, en Las Aguilillas (Jaén); la Vuelta a Cataluña BTT; y el Campeonato de España absoluto, en Sierra Nevada, por delante de la catalana Silvia Rovira, la otra representante española en Atlanta 1996. La prueba olímpica de cross country se celebró el 30 de julio en el Georgia International Horse Park de Conyers (Georgia), con la participación de 29 corredores de 19 nacionalidades y sobre una distancia de 31,9 km. Se impuso la italiana Paola Pezzo, con un tiempo de 1:50:51, en tanto que Laura Blanco ocupó el 20.º lugar (primera española), a 13:29 de la ganadora.
Al regreso de Atlanta, Laura aún tuvo fuerzas para empaparse de otra gran experiencia como fue participar y terminar en 10.ª posición el Raid VTT Paris Disney, prueba germen del posterior L’Hexagonal-Tour de France VTT, que se celebró de 2001 a 2010. Cumplido el sueño olímpico, la jiennense decidió en 1997, a los 32 años de edad, retirarse del alto nivel competitivo ciclista luego de solo año y media de práctica al más alto nivel, habida cuenta las muchas horas de entrenamiento, viajes y concentraciones que requería, amén de la difícil compatibilización con el trabajo. Además, Laura sentía la necesidad de recobrar su vida personal.
Abandonado el deporte de rendimiento, siguió disfrutando de la vertiente lúdica de actividades en el medio natural como surf, kitesurf, cicloturismo, escalada, descenso de barrancos, piragüismo o alpinismo. En la actualidad trabaja de hecho como profesora en un ciclo de Educación Física centrado en el medio natural, en el Instituto de Arroyo de la Miel, y disfruta de su hijo Javier.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 13 de noviembre de 2020