Julia
Figueroa
Julia Figueroa Peña
06.04.1991
Córdoba
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
2016 Río de Janeiro (Brasil) | Judo | Femenina | 48 kg | Puesto 9 |
2020 Tokio (Japón) | Judo | Femenina | 48 kg | Puesto 9 |
Biografía de Julia Figueroa Peña
Nacida el 7 de abril de 1991 en Córdoba, hija de Antonio y Julia y con un hermano menor, Alejandro, nuestra protagonista empezó en el judo muy pequeña, a los 4 años de edad, siendo esta modalidad deportiva una de las escasas actividades extraescolares –únicamente fútbol, inglés y judo– que ofrecía el colegio en el que se matriculó, el Torre Malmuerta de Córdoba, de nueva constitución.
Desde el principio, el contacto, la lucha y la pelea deslumbraron a nuestra protagonista, que absorbía con pleno disfrute las enseñanzas del responsable de la actividad, el maestro de judo Paco Prados, el cual, ante el talento que mostraba Julia, le aconsejó –entonces cursaba 6.º de primaria– que accediese a un entorno de mayor competencia y nivel como era el gimnasio Judo Sport, donde él entrenaba, para continuar su progresión.
El sí de la cordobesa a la oferta de Paco Prados supuso de facto abrir una nueva etapa en su relación con el judo, pues a las órdenes del propio Prados y bajo la estructura del Club Kodokán la pequeña Julia comenzó a fijarse objetivos competitivos, que ya por entonces apuntaban alto, pues desde la categoría infantil acunó el sueño de estar algún día en unos Juegos Olímpicos. Así, con tales condiciones y en su Córdoba natal, Julia Figueroa fue dando pasos firmes en las categorías inferiores, venciendo en el Campeonato de España infantil y formando parte del equipo nacional en competiciones internacionales.
Con 16 años su dedicación al judo se hizo casi plena, llevando a cabo diariamente doble sesión de entrenamiento para pulir la técnica en el tatami y fortalecer su menudo cuerpo –con 1,50 metros de estatura y 44/48 kilos de peso casi siempre estuvo en la categoría de peso mínima– en el gimnasio. Así, los resultados no se hicieron esperar. En 2006 logró la medalla de bronce (44 kg) en la competición The Olympic Hopes, reservada a luchadoras cadetes (sub-17) y celebrada en Jicin (República Checa), mientras que en 2007 venció (44 kg) en el Torneo Internacional Cadete de Fuengirola (Málaga) y en el Campeonato de España cadete (44 kg), en Murcia.
Así las cosas, con 18 años Julia tomó una decisión trascendental en su vida deportiva como fue dejar su familia, amigos y club en Córdoba y marcharse a vivir y entrenar a Valencia para alcanzar sus sueños en el judo. Tras el momento difícil del desarraigo e instalada en tierras levantinas, pasó a formar parte del Club Judo Valencia y a experimentar una nueva forma de entrenar, a adquirir otra mentalidad teniendo como referente al subcampeón del mundo de 2009, Sugoi Uriarte.
Esa temporada de 2009, en el estreno en la categoría júnior y dentro del peso de 52 kg –se mantendría en él de 2009 a 2012–, logró dos medallas de plata de consideración, en el torneo júnior de Coimbra (Portugal) –del Junior Tour de la federación internacional– y en el Campeonato de España júnior, en Madrid. Al año siguiente, se impuso en el certamen de Coimbra –esta vez incluido en la Copa de Europa júnior– y en el Campeonato de España, de nuevo en Madrid, y acabó 7.ª en la Copa de Europa Top de Berlín.
Llegó así para Julia la temporada de 2011, en la que, con 20 años (por tanto sub-23) mostró ser una alumna aventajada a su edad y debutó en pruebas absolutas. El 30 de enero ganó la medalla de bronce en el Abierto de Bélgica, en Arlon, en su primera prueba entre las grandes, y posteriormente la medalla de bronce en el Campeonato de España –en Puertollano (Ciudad Real). Luego, se impuso en el Nacional sub-23 en Madrid y se estrenó el 4 de junio con una 7.ª posición en la Copa del Mundo, en Madrid, repitiendo participación en la prueba de Roma (Italia), el 1 de octubre.
Tras el año olímpico de 2012, en el que Julia revalidó el título de campeona de España sub-23 de 52 kg, otra vez en Madrid, la cordobesa afrontó a partir de 2013 el que sería, con mayúsculas, su momento. Un ciclo olímpico de cuatro años –ya en la categoría de 48 kg– con la única idea y obsesión de pisar la Villa Olímpica de Río de Janeiro, objetivo y deseo por el que lo entregaría todo, asumiendo la necesidad de tener que competir mucho y bien en los circuitos internacionales de Grand Prix y sobre todo Grand Slam para lograr los puntos que le aupasen a los puestos del ranking mundial que otorgan la ansiada clasificación para los Juegos. Así, fíjense en su extraordinaria tournée mundial.
En el Grand Prix, compitió en Düsseldorf, en la edición 2012-2013; en Abu Dhabi (7.ª), Jeju (bronce), Düsseldorf, La Habana (3.ª), Budapest (5.ª) y Zagreb (plata), en la edición de 2013-2014; en Qingdao (5.ª), Jeju, Tbilisi (plata), Samsun y Zagreb (5.ª), en la edición de 2014-2015; y en Jeju y Tbilisi, en la edición de 2015-2016.
En el circuito superior, el Grand Slam, participó en París, en la campaña 2013-2014; Abu Dhabi (7.ª), Tokio, Bakú (5.ª) y Tyumen (oro), en la temporada 2014-15; y en París (bronce), Abu Dhabi (7.ª), Tokio (5.ª), París y Bakú (oro), en la temporada 2015-2016. De estos excelentes resultados, destacar el triunfo logrado el 18 de julio de 2015, en la prueba de Tyumen (Rusia), siendo el primer español en adjudicarse una prueba de este circuito mundial. Un triunfo que, además, la catapultó en la tabla clasificatoria universal, haciendo que la posibilidad de acudir a Río de Janeiro 2016 se hiciese más real.
Paralelamente, la andaluza participó en estos años en otros eventos internacionales, tales como grandes campeonatos, en los que debutó en 2014 al intervenir (7.ª clasificada) en el Campeonato de Europa celebrado en Montepellier (Francia). Repitió presencia en el magno evento continental en 2015, coincidente con los Juegos Europeos de Bakú (Azerbaiyán), donde fue 5.ª, y en 2016 en Kazán (Rusia) –eliminada en 1/16. Asimismo, acudió a dos ediciones del Campeonato del Mundo, Cheliábinsk (Rusia) 2014 y Astaná (Kazajistán) 2015.
Entre otras contiendas menores, destacar sus apariciones en torneos del Abierto Europeo de 2013 –Praga, Madrid (oro), Lisboa (5.ª) y Roma (bronce)– y 2014 –Madrid (plata)–, y el triunfo en el Abierto de Casablanca (Marruecos) de 2014, así como el triple título de campeona de España absoluta, al vencer en Pamplona 2013, Pamplona 2014 y Pinto 2015.
Todo ello deparó para Julia Figueroa un palmarés exquisito en el que brillan sus actuaciones en los principales compromisos internacionales, que a la postre le otorgaron la 5.ª plaza del ranking mundial en la categoría de 48 kg al cierre de la clasificación olímpica y, por tanto, el billete hacia el sueño que tuvo siendo pequeña: estar en los Juegos.
Y, todo hay que decirlo, a Río de Janeiro 2016 viajó siendo una de las aspirantes al podio y con toda la ambición –no oculta– e ilusión por luchar por la medalla de oro del peso súper ligero, no en vano la forma exhibida en los torneos previos –medalla de oro en el Grand Slam de Bakú el 6 de mayo y bronce en el Masters de Guadalajara (México), reservado a las mejores del máximo circuito mundial, el 27 de mayo– avalaban tales esperanzas.
Sin embargo, la estancia de la andaluza en Brasil fue amarga y dificultosa. Un problema de peso a 48 horas de la competición le obligó a someterse a una rápida deshidratación –tuvo que perder kilo y medio en 24 horas– para cumplir con el peso correcto, menos de 48 kg, en el pesaje que se llevó a cabo la mañana del día de inauguración, el viernes 5 de agosto. Ceremonia a la que obviamente no pudo asistir al tener que competir al día siguiente a las doce de la mañana, en el Arena Carioca 2.
La competición olímpica reunió a 23 yudocas para cinco fases, desde los dieciseisavos a las finales por las medallas. Nuestra protagonista, exenta de la primera de ellas al ser cabeza de serie, debutó directamente en octavos de final enfrentándose a la cubana Dayaris Mestre, procedente de la fase previa y cuyo yuko al minuto de combate obligó a la andaluza a reaccionar. Una penalización poco después dejó contra las cuerdas a la cordobesa, que, muy nerviosa, a poco para concluir el tiempo, sufrió un waza-ari que ponía punto final al combate. Desolada y visiblemente entristecida, abandonó el tatami viendo como había perdido una grandísima posibilidad de brillar en la competición de sus sueños.
Tras este revés, Julia tuvo una complicada temporada de 2017, en la que apenas fue 5.ª en el Grand Slam de París y 7.ª en el Abierto de Casablanca, debido a una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, que le obligó a pasar por el quirófano en mayo y le tuvo diez meses sin competir, bajando en el ranking mundial hasta la 31.ª plaza. Reapareció en enero de 2018 con una 5.ª plaza en el Grand Prix de Túnez y poco a poco fue recuperando sensaciones: cayó en dieciseisavos de final en el Europeo de Tel Aviv y se clasificó 7.ª en el Mundial de Bakú. En el Grand Slam fue 5.ª en París y en el Grand Prix, bronce en Agadir y Cancún. Fuera de estos circuitos, logró la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de Tarragona y en el Open de Roma y fue 7.ª en el IJF World Masters de Guangzhou.
Sus progresos fueron ya más evidentes a lo largo del año 2019, cuando llegó hasta octavos de final en el Mundial de Tokio y, sobre todo, se lució en el Europeo coincidente con los Juegos Europeos celebrados en Minsk, donde se colgó sendas medallas de bronce. En el Grand Slam fue plata en Ekaterimburgo, Bakú y Osaka y 7.ª en Abu Dhabi, y en el Grand Prix logró el oro en Marrakech y el bronce en Budapest. También fue bronce en Open de Oceanía en Perth y de nuevo repitió el 7.º puesto en el Masters, esta vez en Qingdao.
En 2020, en cambio, apenas pudo competir en el Grand Slam de Düsseldorf (bronce) por mor de la pandemia sanitaria, primero, y por una nueva lesión, esta vez en el hombro izquierdo, en el mes de septiembre y que le impidió acudir al Europeo de Praga. No obstante, con los resultados de 2019 se aupó a la cuarta plaza del ranking mundial y encarriló su clasificación para Tokio 2021, que refrendó en un fantástico arranque de año 2021. Y es que Julia volvió a ser 7.ª en el Masters, celebrado en Doha en enero; luego se colgó dos medallas de bronce en el Grand Slam (Tel Aviv y Tbilisi), también fue 7.ª en el Europeo de Lisboa y, por si fuera poco, en junio se hizo con el bronce en el Campeonato del Mundo en Budapest.
Así las cosas, la andaluza se presentaba en Tokio 2020, igual que cinco años atrás en Río, como una firme aspirante al podio. Y, sin embargo, de Japón se volvió con la misma agridulce 9.ª plaza en la categoría de menos de 48 kilos tras un paso efímero, aunque esta vez al menos pudo ganar un combate. Julia debutó el 24 de julio enfrentándose en la primera eliminatoria, en 1/16 de final, a la turca Gulkader Senturk, a la que se impuso por ippon, pero en octavos no pudo superar a la israelí Shira Rishony, decimoquinta del mundo, que le venció con un ippon a los 51 segundos de combate.
Por lo demás, la cordobesa continúa en Valencia, afiliada al club de judo de dicha ciudad –aunque ha competido puntualmente en la Bundesliga alemana de judo con el Judo Club Wiesbaden 1922 e.V.–, si bien regresa a su tierra cordobesa cuando puede para ver a su familia y a sus primeros compañeros de tatami. En lo académico, ha obtenido el grado superior de Técnico en Animación Deportiva y Actividad Física en el IES Conselleria valenciano.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de diciembre de 2021