José María Romero Poyón

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

José María Romero Poyón
Sevilla

José María Romero Poyón

10.12.1978

Sevilla

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2000 Sídney (Australia)FútbolMasculinaFútbol
Medalla de plata


Biografía de José María Romero Poyón

La fértil cantera del Sevilla Fútbol Club tuvo a mediados de los noventa en Jose Mari a una de sus mayores promesas. Devenido en futbolista de un caché inusitado con el cambio de siglo y protagonista de un traspaso multimillonario al AC Milan, tuvo una trayectoria deportiva larga y consistente, sin llegar a cuajar en la selección española absoluta, sí por el contrario en las selecciones inferiores, con las que pisó el podio de la Eurocopa y, sobre todo, de los Juegos Olímpicos.

Samurai o Indio, como le conocían cariñosamente sus amigos y compañeros por mor de la larga melena que lució la mayor parte de su periplo futbolístico, guarda como el mejor de los recuerdos enfrascado en la camiseta nacional la participación en los “Juegos Olímpicos de Sídney. Éramos una generación de futbolistas que llevaba jugando mucho tiempo junta y era una edad en la que todavía te sorprenden muchas cosas. Además, Sídney era una ciudad muy bonita”.

La presencia de nuestro protagonista en el equipo olímpico de 2000 comenzó a gestarse años atrás, cuando su calidad le condujo primero a la selección sub-18, con la que marcó 6 goles en 7 partidos, y después a la sub-21 de Iñaki Sáez, quien confió plenamente en el sevillano tanto para la fase de clasificación de la Eurocopa de 2000 –a lo largo del año 1999– como para el propio torneo continental, celebrado del 27 de mayo al 4 de junio en Eslovaquia y que concluyó con la medalla de bronce para los españoles luego de derrotar en la final de consolación a los anfitriones por 0-1.

En total, Jose Mari había jugado 12 encuentros con el conjunto sub-21 (5 goles) e Iñaki Sáez le tenía reservada su plaza en el equipo que iba a viajar a las Olimpiadas. Antes, en agosto, marchó a Italia para jugar con el equipo milanista la previa de la Liga de Campeones ante el Dinamo de Zagreb, actuando de titular en la ida y en la vuelta, y a renglón seguido se unió a una expedición española que, amén de la perla de Nervión, estaba compuesta por el también sevillano Marchena, Albelda, Amaya, Angulo, Aranzubía, Capdevila, Farinós, Felip, Ferrón, Gabri, Ismael, Lacruz, Luque, Puyol, Tamudo, Unai, Velamazán y Xavi.

Este combinado de grandísima calidad ganó en la ronda preliminar a Corea del Sur (3-0) –el día del debut (14 de septiembre)– y Marruecos (2-0), en ambos casos con gol de Jose Mari, y cayó ante Chile (1-3), lo que le situó en la 2.ª posición del grupo B, por tanto, habiéndose ganado su derecho a estar en cuartos de final. En este cruce derrotó a Italia (1-0) y en semifinales hizo lo propio con Estados Unidos (3-1), siendo nuestro biografiado autor del tercer tanto.

Definitivamente, España se enfrentó a Camerún en la final del 30 de septiembre disputada en el Estadio Olímpico de Sídney. Una final dramática y convulsa que, tras el empate a dos de los africanos en el segundo tiempo, las expulsiones de Gabri y Jose Mari y la prórroga, se decidió en la suerte de los penaltis, en los que España falló uno y Camerún ninguno. La Quinta del Canguro no puede rememorar la hazaña de la Quinta del Cobi, pero obtuvo una formidable medalla de plata, la última del fútbol olímpico español.

Tras estos Juegos, el espigado (1,83 metros de altura) y veloz delantero hispalense ­–en la banda o en la punta, como a él le gustaba jugar– debutó con la selección absoluta el 25 de abril de 2001, convocado por José Antonio Camacho para un partido amistoso contra Japón que se disputó en Córdoba y concluyó con triunfo español por 1-0. Ya en la campaña 2002-2003, Jose Mari fue llamado por el nuevo seleccionador, Iñaki Sáez, y volvió a ser internacional absoluto en tres amistosos celebrados en territorio español, frente a Bulgaria –marcó su único gol con esta camiseta-, Alemania y Ecuador, nación contra la que cerró –con 4 internacionalidades– su trayectoria en el primer equipo nacional.

Nacido el 10 de diciembre de 1978 en Sevilla, la infancia de Jose Mari transcurrió entre las calles de la Barriada de Santa Genoveva y su colegio, el Fernán Caballero, en cuyos entornos futbolísticos este alegre y carismático sevillano destacó muy pronto por sus cualidades. «No había un momento en que no estuviese con una pelota», recuerda. En aquellos comienzos jugaba con un equipo llamado San Juan de Ávila en partidos callejeros entre barrios que se desarrollaban en descampados de la zona y con la dirección desde la banda de El Vide y Sebastián. Aquel club casi desapareció con su nacimiento, pero Jose Mari tuvo tiempo de mostrar sus cualidades y velocidad con el balón y que estas fueron conocidas en barrios limítrofes como Nervión. Así, cuando contaba con 11 años, su familia recibió la llamada del club nervionense por antonomasia, el Sevilla FC, para que el pequeño Jose Mari se integrase en su cantera, cosa que evidentemente sucedió.

Allí, desde infantil a juvenil, se encontró con maestros de la pedagogía futbolística como Mariano Pulido, Pepe Díaz y José Emilio del Pino, quienes hicieron progresar convenientemente al jugador hasta que en la temporada 1995-1996, con 17 años y de la mano de Pepe Alfaro, dio el salto al Sevilla B, en Segunda División. Al año siguiente, con Julián Rubio y Baby Acosta, fue el primer futbolista español en firmar un contrato profesional aún en edad juvenil y como confirmación de su gran olfato de gol marcó 11 tantos en 18 partidos.

¿Solo 18 partidos? Así es y se explica por el hecho de que en esa misma temporada 1996-1997 el entrenador José Antonio Camacho le subió al primer equipo sevillista y le hizo debutar de titular en la 22.ª jornada de liga de Primera División, en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y ante la Real Sociedad el 2 de febrero de 1997. Los donostiarras remontaron en los seis minutos finales un 2-0 adverso y acabaron imponiéndose por 2-3, lo que detonó la destitución del técnico madrileño por decisión del presidente, José María González de Caldas. En ese momento, Julián Rubio –devoto de Jose Mari– se hizo cargo del Sevilla y el futbolista continuó en la primera plantilla hasta final de temporada, completando 21 partidos (7 goles), pero no pudiendo evitar el descenso a Segunda División.

Objeto del deseo de Jesús Gil, el Atlético de Madrid se fijó en aquel chaval de 18 años y pagó su cláusula de rescisión que era de apenas 150 millones de pesetas para que jugase en la temporada 1997-1998 en el Vicente Calderón a las órdenes de Radomir Antic en Primera División.

Jose Mari permaneció en Madrid dos campañas y media, firmando 84 partidos y 20 goles y convirtiéndose en un futbolista cotizado, con un porvenir aún mayor que su presente. Por tal motivo, en el mercado de invierno de 1999 dos poderosos clubes italianos pujaron por él, Roma y Milan, decidiéndose el club colchenero por el traspaso a este último, cuya oferta económica era superior: más de 3.000 millones de pesetas para las arcas madrileñas y 720 millones brutos por temporada para el futbolista, que se convertía en el español mejor pagado de todos los tiempos.

Jose Mari debutó con el club milanista el 6 de enero de 2000 (Piacenza 0–Milan 1) y a lo largo de dos campañas y media –el resto de la 1999-2000, más la 2000-2001 y 2001-2002–, bajo las direcciones técnicas sucesivas de Alberto Zaccheroni, Ancelotti y Maldini, logró hacerse un sitio y el respeto futbolístico en el Calcio, a pesar de la competencia existente en el club y la dureza de la liga italiana. En estos dos años y medio jugó 52 partidos de liga (5 goles) y llegó a actuar en la Liga de Campeones 2000-2001. En la temporada 2002-03, volvió como cedido al Atlético de Madrid y actuó en 31 encuentros (6 goles) con Luis Aragonés en el banquillo.

Con 24 años, el delantero sevillano comenzó en el curso 2003-2004 una nueva etapa profesional –la más consistente de su carrera– en el Villarreal CF. A las órdenes de Benito Floro –primer año– y Manuel Pellegrini y en la Primera División española, Jose Mari se ganó un sitio en el corazón de la afición de El Madrigal en las cuatro campañas (hasta la 2006-2007) que residió en la localidad castellonense y, junto a Reina, Belletti, Arruabarrena, Roger, Battaglia, Anderson y Xisco, entre otros, jugó 113 partidos ligueros y anotó 15 goles. Entre los logros, destacar el triunfo en la Copa Intertoto de 2003 y 2004, la disputa de las semifinales de la Copa de la UEFA 2003-2004, el tercer puesto en la liga 2004-2005 y, sobre todo, el acceso del Submarino Amarillo –como se le bautizó a aquel equipo– a las semifinales de la Liga de Campeones de Europa en la temporada 2005-2006, en la que se quedó a las puertas de la final al ser eliminado por el Arsenal.

Luego de aquellos fantásticos cuatro años, Jose Mari dejó Villarreal y regresó a casa para fichar in extremis –el 31 de agosto de 2007– por el Real Betis Balompié por dos temporadas. No obstante, fueron dos años complicados por las lesiones y por la dubitativa marcha deportiva del club –se mantuvo en Primera en 2008, pero descendió en 2009–, dirigido por el argentino Héctor Cúper y más tarde por Paco Chaparro. En tales condiciones, Jose Mari solo pudo jugar 13 partidos el primer año y 8 el segundo, antes de ser traspasado en diciembre en 2008 al Gimnástic de Tarragona, en Segunda División.

En el club catalán repitió en la temporada 2009-2010, en la que pareció recuperar el instinto goleador (6 tantos), y en el siguiente ejercicio (2010-2011) fichó por el Xerez CD, equipo en el que viviría sus tres últimos años en el fútbol profesional, siempre en Segunda División. Mientras en los dos primeros cursos jugó 69 partidos y marcó 25 goles, en la temporada 2012-2013 sufrió una lesión que le obligó a apartarse definitivamente de los terrenos de juego antes de terminar el campeonato y a pesar de tener un año más de contrato con el club jerezano. El 3 de febrero de 2013 jugó en Miranda de Ebro su último partido profesional, a los 34 años de edad.

Actualmente, José María Romero, Premio Andalucía de los Deportes en 1997, lleva una vida familiar y tranquila en Sevilla, regenta un restaurante en la ciudad y dedica su tiempo libre al fisioculturismo. Forma parte de la selección española de leyendas.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 17 de noviembre de 2020