Gonzalo Alfonso Fernández de Córdova y Larios

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Gonzalo Alfonso Fernández de Córdova y Larios
Málaga

Gonzalo Alfonso Fernández de Córdova y Larios

14.02.1934

Málaga

3
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1960 Roma (Italia)VelaMixtaFinn
Puesto 21
1968 Ciudad de México (México)VelaMixtaFlying Dutchman
Puesto 11
1972 Múnich (Alemania Federal)VelaMixtaDragón
Puesto 15


Biografía de Gonzalo Alfonso Fernández de Córdova y Larios

Grande de España, aristócrata relevante y empresario de la agricultura, su significación para el Olimpismo en Andalucía es igualmente grande habida cuenta de que su persona reúne el privilegio de haber sido el primer andaluz abanderado de España en unos Juegos Olímpicos y el único en las Olimpiadas de verano, circunstancia que acaeció en México 1968.

Gonzalo Fernández de Córdova –hemos elegido Córdova en vez de Córdoba ciñéndonos a los documentos estatales oficiales, aunque ambas alternativas parecen válidas en la familia– nació el 14 de febrero de 1934 en Málaga. Hijo del madrileño Fernando Fernández de Córdova y de la malagueña Natalia Larios, apenas conoció a su padre, oficial de la Armada y que falleció en Cartagena en 1938 durante el hundimiento del crucero Baleares, en la Guerra Civil. A raíz de dicho suceso, Gonzalo y su madre marcharon a vivir a la finca El Cobre que la familia materna poseía en Algeciras.

Allí fue donde nuestro protagonista creció, aunque sin perder el contacto con Málaga habida cuenta los desplazamientos que efectuaba su madre a su ciudad de origen –pese a que ella nació circunstancialmente en Francia. Fue precisamente la madre de Gonzalo, Talía –como se le llamaba–, la que le inculcó el amor por la navegación en barco y le enseñó las primeras técnicas y maravillas de la vela a la edad de 10 años. Con tanto acierto y buena pedagogía que las habilidades de Gonzalo se manifestaron de inmediato.

Así, en 1949, Gonzalo de patrón y su madre de tripulante comenzaron la participación en regatas oficiales en la clase snipe a bordo de la embarcación que llamaron Canuto –nombre que inició una saga de siete barcos y que respondía al nombre de otra finca de su madre en Algeciras– y bajo la estructura del Club Náutico de Algeciras. Este fue el comienzo competitivo de una figura indispensable en la historia del deporte andaluz y del que a continuación desbrozamos su vida no deportiva.

Desde este enfoque, 1959 fue un año importante para nuestro protagonista, quien a enero recibió oficialmente, como herencia de su abuelo Joaquín Fernández de Córdova y Osma –fallecido en 1957–, los títulos de IX duque de Arión, XII marqués de Mancera y III duque de Cánovas del Castillo, a los que unía los de XIII marqués de Malpica, XVI marqués de Povar, IV marqués de Alboloduy, XI marqués de Valero y IV marqués de Bay. Tras la sucesión, marchó a la localidad toledana de Malpica de Tajo para hacerse cargo de la explotación agropecuaria de la finca familiar.

Asimismo, unos meses después, el 5 de mayo, contrajo matrimonio con la alemana Beatriz von Hohenlohe, con la que tendría tres hijos –Marina (1960), Joaquín (1961) y Fernando (1963)–, si bien posteriormente se casaría en segundas nupcias con Mª Reyes Mitjans y Vera, marquesa de Ardales.

Instalado en Malpica y en el relevante castillo que distingue el dominio, en dicho pueblo desarrollaría gran parte de su vida, siendo reconocida su gestión agroindustrial con la Medalla de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario, aunque también alternó residencia en Marbella (Málaga) y, sobre todo, Madrid, donde falleció el 12 de agosto de 2013, a los 79 años de edad. Sus restos mortales se encuentran en el panteón familiar del cementerio de Malpica de Tajo.

Deportivamente hablando, el recorrido del malagueño en el alto rendimiento comenzó en 1955, cuando con 21 años fue seleccionado para representar a España en la segunda edición de los Juegos Mediterráneos, que se disputaron en el mes de julio en Barcelona, siendo el primer gran evento deportivo que albergaba España desde la instauración del régimen franquista. En el puerto de la Ciudad Condal, el andaluz logró la medalla de bronce en la clase snipe, después de tres días de competición y otras tantas regatas, teniendo como tripulante a Gonzalo Pérez de Guzmán San Román, quien a última hora sustituyó a Luis Triay.

En efecto, en aquellos Juegos nuestro andaluz estaba inscrito con este navegante de familia gibraltereña que durante la II Guerra Mundial salió del Peñón por temor a una posible invasión alemana y se instaló en Algeciras, coincidiendo en tal entorno con Gonzalo, de edad, aficiones deportivas y estatus social similares. De este modo, entre Gonzalo y Luis se forjó una alianza y amistad que, en el escenario deportivo, deparó 4 títulos de campeones de España de snipe –Málaga 1958, Bilbao 1959, Las Palmas de Gran Canaria 1961 y Palma de Mallorca 1962–, además de un subcampeonato –Bilbao 1957– y otros 4 triunfos en la Regata de Invierno –actual Trofeo SM El Rey– de Málaga, en los años 1957, 1958, 1962 y 1963. No obstante, por encima de todos estos logros, el brillo del binomio gravita sobre la medalla de bronce alcanzada en 1961 en el Campeonato del Mundo de snipe, que tuvo lugar en las aguas de Rye, en el estado de Nueva York (EEUU), al ocupar la tercera plaza por detrás del barco brasileño y los anfitriones.

Pero antes de dicho logro universal, el navegante malagueño, ya adscrito al Real Club Mediterráneo de Málaga, efectuó en 1960 una breve incursión en la clase monoploza finn con el objetivo de competir en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Dicho y hecho. Ese año se proclamó campeón de España en Barcelona y obtuvo el ansiado billete directo para la sede olímpica de Nápoles, donde, luego de las 7 regatas programadas y a bordo de la embarcación De Córdoba, totalizó 2.555 puntos netos y se clasificó en la 21.ª posición (entre 35 barcos), siendo testigo asimismo el 7 de septiembre, último día de competición, de una de las gestas de la historia olímpica, como fue la cuarta medalla de oro consecutiva en otros tantos Juegos de la leyenda danesa Paul Bert Elvstrom (8.171 puntos), tercera en finn.

Si exitosa fue la etapa del andaluz en snipe y en finn, con el mismo calificativo cabría referenciar su trayectoria en flying dutchman, patroneando otra saga de barcos, hasta cinco, que se denominaron Malagueña. La primera piedra a su extenso palmarés la colocó el 23 de marzo de 1959, cuando se alzó en Barcelona –no consta el nombre de su tripulante– con la primera medalla de oro nacional de esta división de la vela ligera, que estrenaba Campeonato de España. Posteriormente, a la primigenia presea unió otras tres, ganando los Nacionales de Vigo 1964, Palamós 1967 y Arenys de Mar 1968, en compañía de Félix Gancedo (1964 y 1968) y Antonio Rodríguez Sales (1967).

Mención aparte merece el relato de la temporada 1964, en la que el nauta malagueño fue incluido por la Federación Española de Clubes Náuticos en un selecto grupo de preolímpicos que hubo de seguir un plan específico de preparación de las Olimpiadas de Tokio 1964. En él se encontraban únicamente el vizcaíno Juan Olábarri (finn) y dos patrones malagueños y compañeros de club, por un lado Fernández de Córdova –con Gancedo de tripulante– y por otro Pedro Casado, que aspiraban a representar a España en flying dutchman. En cualquier caso, la participación olímpica estaba condicionada a realizar “actuaciones convincentes” en las pruebas internacionales estivales previas a los Juegos y al final la decisión federativa fue que solo Olábarri compitiese en Tokio, dejando en tierra tanto al duque como a Casado.

Lejos del desánimo, en el siguiente período olímpico la nueva alianza deportiva creada con Félix Gancedo dio los frutos deseados y que no fueron otros que el regreso a las Olimpiadas, una vez superadas las distintas pruebas selectivas que impuso la federación española, entre ellas fundamentalmente el Campeonato del Mundo de 1967, en Montreal (Canadá), y el Campeonato de España de 1968, en los que el duque de Arión superó a su gran rival en la carrera olímpica: Pedro Casado Bolín.

De esta forma, el malagueño llegó otra vez a la cima de los Juegos Olímpicos en 1968, en esta ocasión además con el honor de portar la bandera española al frente del equipo nacional en la ceremonia de inauguración llevada a cabo el 12 de octubre en el mayestático Estadio Olímpico de Ciudad de México. Tras el reseñado desfile, se trasladó a la sede olímpica de Acapulco, en la que Fernández de Córdova, como patrón, y Gancedo, como tripulante, acumularon 101,7 puntos en las siete regatas programadas, lo que les otorgó el 21 de octubre el 11.º puesto (entre 30 barcos), lejos de los vencedores, los británicos Rodney Pattison e Iain MacDonald-Smith, con 3,0 puntos.

Dentro del nuevo ciclo olímpico, el duque de Arión continuó con los entrenamientos en el mar y las participaciones –quizás con menor intensidad que en los años anteriores– en regatas de distintas clases, aunque de cara al año 1972 se centró exclusivamente en la clase dragón –que en los Juegos de Múnich se despedía del programa olímpico– como tripulante del Fortuna, embarcación patroneada por Juan Carlos de Borbón, entonces Príncipe de España, y adscrita al Real Club Náutico de Barcelona.

Para la designación del barco que había de representar a España en esta clase en la rada olímpica de Kiel, en septiembre, la federación estableció cinco regatas selectivas: Regata de Navidad (Barcelona, diciembre de 1971), Campeonato de España (Barcelona, febrero), Trofeo Princesa Sofía (Palma de Mallorca, marzo), Campeonato de Europa (Hyéres, Francia, abril) y Semana Preolímpica de Kiel (junio). En el global de estas cinco pruebas, el Fortuna superó con creces a sus rivales nacionales, pues fue 2.º en la Christmas Race –única derrota, ante el Perseguido de Ramón Balcells–, medalla de oro en el Nacional –el Fortuna ya había vencido en 1969 y 1971–, 4.º clasificado en Palma –y primer español–, 10.º en el Europeo –y primer español– y 14.º en Kiel –y primer español–, y confirmó su buen estado de forma con un 12.º puesto en la Copa de Oro de Copenhague, en julio. Por tanto, este balandro recibió la designación olímpica.

Pero, ¿con qué tripulación? Indiscutibles Juan Carlos de Borbón (patrón) y el duque de Arión (medio), el lugar de segundo tripulante (proel) terminó siendo atribuido a Paco Viudes, presente en la mayoría de las selectivas y en la Gold Cup, en detrimento de Juan Antonio Ragué, proel en las dos primeras selectivas. No obstante, una lesión de Viudes en los entrenamientos previos a la competición olímpica obligó a su sustitución por el también andaluz Félix Gancedo, desplazado a Alemania como tripulante de complemento de entrenamiento.

Así, nuestro protagonista, Gonzalo Fernández de Córdova, en sus terceros Juegos Olímpicos, volvió a luchar con los mejores del mundo y concluyó, junto a sus compañeros, el 8 de septiembre y al término de la 7.ª y última regata en Kiel, en la 15.ª plaza (de 23 balandros), con 111 puntos, habiéndose adjudicado la victoria los australianos John Cuneo, Thomas Anderson y John Shaw (13,7).

Después de estos Juegos, los objetivos competitivos del duque de Arión, a pesar de su intensa actividad en el mar, pasaron a un segundo plano en beneficio del disfrute de la navegación y diversas actividades sociales, a pesar de lo cual mantuvo su compromiso con Juan Carlos de Borbón, Gancedo y el Fortuna proclamándose –mostrando el conjunto más cohesión que en los Juegos– campeones de España en Arenys de Mar 1973, Barcelona 1974 y Palma de Mallorca 1975, y triples vencedores del Trofeo Princesa Sofía en las mismas temporadas.

A partir de 1976, con esta filosofía del disfrute en la navegación, Gonzalo Fernández de Córdova compitió enrolado en barcos más pesados –cruceros–, muestra de lo cual el 2.º puesto obtenido en la Copa Miami-Nassau de 1976, así como una destacada participación en 1977 en el XXVIII Campeonato Internacional del Mediterráneo, en Palma, y en la prestigiosa Admiral’s Cup, donde, a bordo del Azahara y junto al ya rey Juan Carlos I, contribuyó a la 9.ª plaza de España –se compitió por naciones hasta 2003, con tres barcos representantes por cada país.

En 1988, posiblemente en su última competición significativa, Gonzalo, patroneando el Larios, obtuvo la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Cruceros de 3/4 de tonelada, celebrado en Isla de Elba (Italia) del 23 de septiembre al 1 de octubre, precisamente el día de la clausura de los Juegos Olímpicos de Seúl. En 2004 recibió el Premio Andalucía de los Deportes.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 14 de diciembre de 2020