Francisco Leal Trujillo

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Francisco Leal Trujillo
Olímpico

Paco
Leal

Sevilla

Francisco Leal Trujillo

26.08.1968

Sevilla

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1988 Seúl (Corea del Sur)Piragüismo_TranquilasMasculinaK-1 500 m
Eliminado en semifinales


Biografía de Francisco Leal Trujillo

Nacido el 26 de agosto de 1968 en Sevilla, hijo mayor –de cuatro– de Francisco y Mari Carmen, Paco Leal descubrió y comenzó la práctica del piragüismo a la edad de 13 años, gracias a un curso de iniciación realizado en el verano de 1981 en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla e impartido por José Manuel “Porra”. En este mismo club, se integró a principios de 1982 en el grupo de competición creado por los hermanos Antonio y Mariano Rodríguez –y que protagonizó la época dorada del piragüismo en esta entidad– y ello significó la entrada de nuestro biografiado en el rendimiento deportivo.

Tras dos campañas de adecuada progresión a su edad y luego de haber brillado en los campeonatos de España de su categoría, el sevillano entró en 1984 en el equipo nacional juvenil y, por ende, en la escena internacional, participando en las regatas de Bochum (Alemania Federal), Bosbaan (Holanda) –medalla de oro en K-4 1.000 y medalla de plata en K-4 500– y Vichy (Francia) –medalla de bronce en K-4 500.

En 1985, Paco, todavía en categoría juvenil, se impuso en K-2 500 en el primer Trofeo Reina Sofía, se alzó con los entorchados nacionales de K-1 500 y K-2 1.000 y se adjudicó la medalla de oro en K-2 500 y K-2 1.000 en la Regata Internacional de Ámsterdam (Holanda), resultados que refrendaban las sensaciones de la campaña anterior y que motivaron la selección para el Campeonato del Mundo júnior de ese año, en Castel Gandolfo (Italia), donde se clasificó 5.º en K-2 500, junto a su amigo y también buen palista sevillano Francisco Javier Álvarez del Rosario, y 6.º en K-4 1.000, al lado del propio Álvarez del Rosario, el asturiano Pedro González y el zamorano José Toribio.

Su último ejercicio como juvenil asistió a un cambio importante en los esquemas de Paco Leal ya que pasó a la dirección técnica del olímpico hispalense Álvaro López Espejo, cuya experiencia y buena guía se unieron a la profunda convicción del palista en sus posibilidades para contribuir a la eclosión de nuestro protagonista en las siguientes temporadas –la relación entrenador-deportista duró hasta 1990.

Para empezar, esa campaña de 1986 se saldó con resultados tan destacados como tres medallas en el Campeonato de España –plata en K-1 500 y K-4 500 y bronce en K-1 1.000– y otras tres en el Campeonato de Europa júnior celebrado de Copenhague (Dinamarca) –oro en K-4 500, plata en K-4 1.000 y bronce en K-2 500–, bruñida despedida a la categoría juvenil e inyección de moral para encarar la promoción a la sénior en 1987 y el asalto al año olímpico de 1988.

En ambas campañas, el podio fue escenario permanente en las comparecencias de Leal al Campeonato de España, no en vano en 1987 consiguió la medalla de oro en K-2 1.000, la de plata en K-2 500 y la de bronce en K-4 1.000 y en 1998 la de oro en K-2 1.000 y la de bronce en K-2 500. Estas preseas, acompañadas de resultados muy significativos en las regatas internacionales de París (Francia), Duisburgo (Alemania) y Copenhague, le proporcionaron, con solo veinte años, el premio de participar en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

La prueba a la que concurrió en el campo de regatas de Misari fue la de K-1 500 metros, debutando el 26 de septiembre en una primera ronda que superó de forma directa al acabar 3.º (de 5 barcos) en la serie 3. Dos días más tarde, en semifinales –con nueve plazas de finalista en juego para los tres primeros de cada una de las tres regatas– rozó la proeza y se clasificó 4.º de la segunda semifinal, a 1.42 del pase, y con el mejor tiempo de los no clasificados, lo que le otorgaría el oficioso 10.º puesto entre los 18 participantes. El título olímpico recayó en el húngaro Zsolt Gyulay.

A pesar de la dureza de los meses previos a las Olimpiadas, el muy joven Paco Leal afrontó con energía el nuevo ciclo olímpico, en el que todo el deporte español se preparaba con la máxima ilusión para rendir en los Juegos de casa, Barcelona 1992. Así, durante la campaña de 1989 reforzó su sitio en la elite con una nueva medalla nacional –plata en K-2 500– y el debut en el Campeonato del Mundo absoluto, en Plovdiv (Bulgaria), donde quedó eliminado en semifinales del K-4 500.

No obstante, este primer año de la nueva andadura terminó resultando un espejismo pues el hispalense observó cómo en 1990 sus prestaciones en competición no progresaron, a lo que se unió un importante cansancio mental por la exigencia del piragüismo. Ello condujo a que en 1991 anunciase su retirada como deportista.

Pese a todo, permaneció vinculado a su deporte y, una vez dirigida su vida en el aspecto laboral, accedió a la presidencia de la Federación Andaluza de Piragüismo, en la que permaneció hasta octubre de 2009, cuando renunció por motivos personales después de haber sido reelegido para el mandato 2008-2012.

En la vida “civil”, Paco Leal logró terminar, entre entrenamientos y competiciones, la diplomatura de Magisterio, especialidad infantil, aunque nunca ejerció como docente. Optó por prepararse oposiciones y al aprobarlas accedió a un puesto de empleado público en la Administración local. Sigue residiendo en Sevilla con su mujer, Araceli, y sus dos hijos, Cayetana y Gonzalo, que también es deportista de alto nivel, en su caso en la modalidad de golf.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 3 de diciembre de 2020