Fermín Campos Ariza

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Fermín Campos Ariza
Paralímpico

Fermín
Campos

Málaga

Fermín Campos Ariza

29.11.1968

Vélez-Málaga (Málaga)

3
Juegos ParalímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1996 Atlanta (EE.UU.)JudoMasculina-95 kg
Puesto 5
2000 Sídney (Australia)JudoMasculina-90 kg
Puesto 9
2004 Atenas (Grecia)JudoMasculina+100 kg
Puesto 5


Biografía de Fermín Campos Ariza

Uno de los pioneros del judo adaptado andaluz es Fermín Campos, doble diplomado en los Juegos Paralímpicos, subcampeón del mundo y campeón europeo en sus trece años de contrastada trayectoria y cuyo nacimiento fue ciertamente singular. Nuestro protagonista vino al mundo el 29 de noviembre de 1968 en Vélez-Málaga por mera casualidad. Sus padres, José y María, vivían en el municipio de Arenas, en plena Axarquía, y cuando llegó el momento de dar a luz al octavo de sus hijos partieron rumbo al hospital de Málaga, si bien no hubo tiempo. Debieron parar en Vélez-Málaga y allí, en la casa de un médico, nació nuestro biografiado.

Durante cuatro años creció en la localidad arenusca y a esa edad la numerosísima familia Campos Ariza –el matrimonio y sus once hijos, cuatro mujeres y siete varones– se mudó a Málaga capital. Nuevo sitio, nueva vida que para el pequeño Fermín supuso el comienzo de los estudios de Enseñanza General Básica (EGB), en cuyo transcurso llegó a conocer hasta tres colegios: Santiago, Cerro Coronado y Nuestra Señora del Carmen.

A diferencia de la mayoría de yudocas andaluces paralímpicos, su deficiencia visual no le vino de nacimiento, sino que fue fruto de un accidente de tráfico en el que se vio envuelto cuando tenía 16 años. Los cristales de la luna del automóvil, proyectados tras la colisión, le dañaron las córneas y sufrió una limitación parcial permanente de la vista. A consecuencia de ello, en 1987 se afilió a la ONCE y empezó a vender cupones a la vez que iniciaba el camino del deporte dentro de la amplia oferta de la organización: primero fútbol sala y atletismo –llegó a proclamarse campeón nacional de lanzamiento de peso y jabalina– y, cuando cumplió los 20 años, judo.

Por tanto, nuestro protagonista comenzó en este arte marcial al comienzo del ciclo paralímpico de Barcelona 92 y en el transcurso del mismo adquirió la técnica necesaria para alcanzar el alto nivel de la mano del maestro José Manuel Picornell, llegando a proclamarse por primera vez campeón de España en 1992 en Alicante. No obstante, no llegó a debutar en los Juegos barceloneses, en los que las cuotas de participación de cada uno de los siete pesos programados –solo en categoría masculina– fueron muy reducidas. Su momento llegaría en el siguiente ciclo.

Sin rival en España –desde 1992 a 2004 ganó los 13 títulos nacionales de su peso–, este deficiente visual de clase B3 debutó con el equipo nacional en 1993 en el marco del Campeonato de Europa. En Lyon (Francia), sede del torneo, se apoderó de la medalla de plata en la categoría de -95 kg, pero dos años más tarde, en la siguiente edición y en Valladolid, consiguió el único triunfo de su carrera deportiva en un gran campeonato: una formidable medalla de oro a la que unió la plata en su primer Campeonato del Mundo, en Madrid ese mismo año y siempre en menos de 95 kilos.

Tal rendimiento ocasionó la llamada para competir en los Juegos de Atlanta 1996 en el peso semipesado, clase que reunió a nueve yudocas. El andaluz quedó exento de octavos de final por su ranking mundial y debutó directamente en cuartos derrotando por yuko al ruso Vladimir Volkov. En semifinales, empero, perdió ante el futuro campeón, el australiano Anthony Clarke, por yuko, y en la pelea por el bronce volvió a ser derrotado, esta vez por el británico Terence Powell por ippon, lo que le dejó en el 5.º puesto.

El siguiente ciclo paralímpico de Fermín fue sencillamente brillante, debiendo significar la circunstancia de que a partir de 1998 luchó en el peso medio (hasta 90 kg). Aún en semipesado, obtuvo la medalla de bronce en el Europeo de 1997, en Città di Castello (Italia), y se estrenó en la referida nueva división logrando nada menos que la medalla de plata en el Campeonato del Mundo, celebrado dentro de los primeros Juegos Mundiales de la IBSA (IBSA World Games), que acogió Madrid.

Posteriormente, en 1999, el malagueño incrementó su medallero con dos nuevos bronces, uno en el Campeonato de Europa de Mittersill (Austria) –además, campeón por equipos con España– y otro en el torneo de clasificación paralímpica de Déols (Francia), donde lo más importante fue que se garantizó su sitio en los Juegos de 2000.

En oposición a esta línea de consecución de trofeos, la actuación de nuestro biografiado en las Paralimpiadas de Sídney fue ciertamente discreta, ya que cayó derrotado en la primera de las rondas, los octavos de final, ante el japonés Motonari Inaba por ippon y se quedó también fuera de la repesca al caer su verdugo en cuartos. De esta manera, tras un único combate, debió conformarse con el 9.º puesto entre 12 luchadores.

Así las cosas, Fermín afrontó su tercer ciclo paralímpico, el que habría de conducirle hasta Atenas 2004, subiendo a la categoría de -100 kg, un cambio que se cobró su período de adaptación como puede desprenderse de sus clasificaciones en el Europeo de 2001, en Ufá (Rusia), y el Mundial de Roma 2002. Séptimo en ambos, lejos del podio y de las medallas de antaño. Reseñar, eso sí, que en Rusia disfrutó de una plata por equipos.

Pese a todo, el yudoca de Arenas no se rindió y se hizo con el pasaporte para los Juegos de nuevo en un torneo clasificatorio, el celebrado en Londres (Reino Unido) en abril de 2004. Allí, acabó tercero en la categoría –atención– de +100 kilogramos, de forma que fue en esta en la que compitió en los Juegos de la capital griega el 20 de septiembre.

Exento en la ronda de octavos, Campos arrancó en cuartos de final doblegando por yuko al alemán Martin Osewald. Sin embargo, como en Atlanta, las semifinales fueron su tope y perdió por ippon ante el azerbaiyano Ilham Zakiyev, luego campeón del torneo. Restaba la excelente consolación de luchar por la medalla de bronce, pero, al igual que ocho años atrás, una nueva derrota –frente al japonés Keiji Amakawa por waza-ari– le conducía a la 5.ª plaza, a otro diploma y a perder su última oportunidad de lograr esa medalla paralímpica que falta en su haber.

No había cuerda para más. Al término de la temporada 2004 el malagueño decidió dar por finalizada su singladura deportiva, entre otras cosas por el cúmulo de lesiones –codo y hombro sobre todo– que había empezado a mermarle y a restarle competitividad. Afincado en el barrio malagueño de Huelin, en este entorno tiene su trabajo como vendedor del cupón de la ONCE y su hogar, donde disfruta de la vida con su mujer, Teresa, con la que ha tenido dos hijos, ya adultos: Javier y María.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 26 de octubre de 2020