Esther Sanz Barranco

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Esther Sanz Barranco
Olímpica

Esther
Sanz

Málaga

Esther Sanz Barranco

06.12.1974

Málaga

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1992 Barcelona (España)BádmintonFemeninaIndividuales
Puesto 33


Biografía de Esther Sanz Barranco

El bádminton se estrenó en el programa de los Juegos Olímpicos en Barcelona 1992. Para la ocasión, España contó con dos plazas de oficio, una para cada uno de los torneos individuales, siendo en ambos casos asignada la representación nacional a deportistas andaluces. La elegida para el evento femenino fue la malagueña Esther Sanz, nacida el 6 de diciembre de 1974 en la capital costasoleña y que, de esta forma, a sus 17 años, se convertía en la primera jugadora española de bádminton en participar en las Olimpiadas.

Como recordó en una entrevista reciente a la Agencia EFE con motivo del XXV aniversario de aquellos Juegos, Esther había querido ser olímpica desde pequeña. Todo surgió a raíz del regalo que le hizo su padre cuando tenía cinco años, un libro de los Juegos Olímpicos de Moscú que hizo nacer en ella “el sueño de llegar a ser olímpica. Luego ver los Juegos en la televisión me fascinó y cuando se presentó la oportunidad lo tenía claro: tenía que llegar allí».

Esa oportunidad comenzó a tomar forma cuando la mudanza familiar –junto a sus padres, Gerardo y Mari Cruz, y sus hermanos menores Gerardo y Noelia– a la costa de Benalmádena la colocó a tiro de piedra del recién inaugurado Polideportivo Municipal de Arroyo de la Miel y su oferta deportiva. Esther tenía siete años y en esta instalación comenzó a nadar durante el verano mientras que en el invierno optó, entre otras opciones, por la gimnasia rítmica y el bádminton, deporte este último absolutamente novedoso en aquella época y con muy pocos adeptos. Nuestra protagonista, estudiante por entonces en el Colegio Maravillas, probó junto a su hermano y unos amigos en la incipiente disciplina, al principio con poco acierto, aunque poco a poco, pese a la frecuente soledad en los entrenamientos, fue haciéndose con la técnica y comenzó a divertirse, sobre todo cuando en 1984 comenzó a andar el Club Bádminton Benalmádena y la escuela municipal de bádminton en el propio polideportivo, con el técnico Antonio López del Pozo al frente.

Dicho club empezó a competir como equipo en la temporada 1985-1986, presentando formaciones en las categorías infantil, cadete, júnior, sénior y veterano en las competiciones provinciales, autonómicas y nacionales. Entre aquellos primeros competidores estaba Esther Sanz, quien con solo 11 años fue integrada por Antonio López directamente en el primer equipo, lo cual conllevó las primeras responsabilidades en cuanto a la compaginación de entrenamientos, competiciones y estudios, aspecto en el que siempre contó con el apoyo familiar, sobre todo el de su madre.

La innegable progresión de nuestra protagonista tuvo su primera recompensa en 1988, cuando fue llamada por primera vez para la selección española –fue la benjamina del equipo–, a raíz de lo cual Esther decidió dejar la natación y la gimnasia rítmica para dedicarse en exclusiva al bádminton. Asimismo, aceptó la oferta realizada por el dirigente José Miguel García de la Torre de marchar al CB Escolapios de Granada, lo cual le hizo crecer personalmente al tener que vivir alejada de los suyos en una residencia privada.

Con los granadinos, la malagueña dio un paso adelante en las tres temporadas en las que allí permaneció (1988-1989, 1989-1990 y 1990-1991) gracias a dirección técnica de Luis Terón y Jesús Samaniego y a las enseñanzas del primer entrenador oriental que llegó a España, Yang Chen Xian, quien periódicamente entrenó con ella en Granada.

Dicha progresión técnica vino obviamente acompañada de resultados. Así, al lado de compañeros como Cristina González y David Serrano, conquistó la cuarta edición de la Liga Nacional de Clubes en la temporada 1989-1990, sucediendo en el palmarés al CB Benalmádena, y comenzó a llenar su palmarés en los distintos campeonatos de España con éxitos como la triple medalla de oro (individuales, dobles y mixtos) en el Nacional juvenil de 1989, el triunfo en mixtos en el Nacional júnior (sub-19) de 1991 –con Rafael Martos– o sus dos primeros títulos nacionales absolutos, en dobles femeninos en Gijón 1990 (junto a Cristina González) y en dobles mixtos en Huesca 1991 (con David Serrano), sin olvidar que en 1990 se proclamó subcampeona de España absoluta en individuales, tras ser batida en la final por Cristina González.

Asimismo, tuvo un debut internacional (absoluto) a lo grande al viajar en la primavera de 1991 a Copenhague (Dinamarca) para participar en primer lugar en la segunda edición de la Copa Sudirman –el campeonato del mundo por equipos mixtos, en el que España se clasificó 32.ª en su debut– y, a continuación, en el propio Campeonato del Mundo, donde la andaluza fue eliminada en la calificación del torneo individual por la canadiense Marie-Hélène Lortanger (8-11 y 5-11) y no logró entrar en el cuadro final de 128 jugadoras. En los torneos por pareja, tanto en dobles femeninos (con la italiana Erika Stich) como en mixtos (con el sevillano Antonio Miranda), cayó en 1/32 de final.

Tras este recorrido, Esther Sanz –así como todo el bádminton nacional– encaró la temporada clave de 1991-1992, en la que los mejores jugadores españoles fueron concentrados en el Centro de Tecnificación Deportiva de Bádminton de San José de La Rinconada (Sevilla), entonces dependiente de la federación española, a fin de preparar la participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Un año de convivencia lejos de sus lugares de origen y caracterizado por una gran competencia, ya que estaban en juego dos puestos para los Juegos y los rivales para los mismos eran los propios compañeros de grupo.

En el caso de la plaza femenina, la competencia se centró fundamentalmente en el duelo entre Cristina González y Esther Sanz, esta última aún en edad júnior, como demuestra el hecho de que en el mes de enero compitió en la Copa Finlandia –el campeonato de Europa B por equipos júniors– y logró, junto a sus compañeros Arturo Ruiz, Ernesto García, Alfonso Castelo, Alberto Carazo, Lidia Pomares, Mónica González y Ana Anaya, el ascenso a la primera división europea. Igualmente, se proclamó campeona de España sub-19 en individuales y dobles (con Raquel García), en Betanzos, y, como absoluta, concurrió al Campeonato de Europa de 1992, en Glasgow (Reino Unido), donde fue eliminada en la 1.ª ronda (de 4) de la calificación de individuales y en 1/16 de final en dobles femeninos (con Ana Anaya) y dobles mixtos (con David Serrano).

No obstante, la determinación de los técnicos sobre quién iría a los Juegos se tomó con los resultados del Campeonato de España celebrado ese año de 1992 en Palma del Río (Córdoba) y allí la malagueña no falló, asegurándose el sueño de su infancia –ser olímpica– con el título de campeona nacional absoluta en mixtos (con Serrano) y, sobre todo, el de individuales, por primera (y oportuna) vez en su carrera.

Acompañada de su entrenador Luis Terón y de otros técnicos como Pedro Víctor Blach Bralla y Pedro Rodrigo, el paso de Esther Sanz por el torneo olímpico de Barcelona 1992 –52 jugadoras se presentaron en el cuadro femenino– fue, no obstante, breve habida cuenta la gran diferencia existente entonces entre el nivel de juego en España y el resto del mundo. Así, la malagueña fue eliminada la tarde del 28 de julio en la primera ronda (1/32 de final) por la australiana Rhonda Cator, en dos sets (9-11 y 5-11), en partido disputado en el Pabellón de la Mar Bella. La andaluza ocupó la 33.ª posición final, empatada con el resto de apeadas en la fase inicial.

Después de los Juegos, la llegada de mayores recursos económicos a la Federación Española de Bádminton permitió plantear, por primera vez, un programa de concentración permanente en un único centro enfocado a la elite nacional, siendo finalmente el elegido, como en otros muchos deportes, el Centro de Alto Rendimiento de Madrid y la aneja residencia Joaquín Blume. Esther Sanz fue uno de los cuatro primeros jugadores de bádminton que ingresó allí, los cuales se pusieron a las órdenes de Zhang Xiao Ping para seguir un intenso plan de entrenamientos que tenía como objetivo destacar en los torneos internacionales y lograr, a largo plazo, la clasificación para los Juegos de Atlanta 1996.

En este camino de cuatro años, la jovencísima andaluza volvió a brillar en los campeonatos de España, en los que se apoderó de cuatro medallas de oro, una en individuales (Benalmádena 1994) y tres en dobles mixtos junto a David Serrano (Alicante 1993, Benalmádena 1994 y Murcia 1996). Además, en el plano internacional, participó en el Campeonato de Europa Júnior de 1993, en Sofía (Bulgaria), siendo eliminada en 1/16 de final, y en 1995, luego de la ausencia del equipo nacional en la edición de 1993, regresó a la Copa Sudirman –España ocupó la 36.ª posición– y al Campeonato del Mundo, ambos celebrados en Lausana (Suiza). En el torneo mundialista, la malagueña cayó eliminada en 1/64 de final de individuales por la japonesa Hisako Mizui (0-2), en 1/32 de final de los dobles femeninos (con Dolores Marco) y en 1/128 de final de los dobles mixtos (con Ernesto García). Ese año, además, se proclamó subcampeona en mixtos (con García) en el Torneo Internacional de España.

Pese a todo, ningún jugador español cumplió las exigencias para estar en las Olimpiadas de Atlanta 1996, circunstancia que no desanimó a nuestra protagonista para continuar en el alto nivel y en Madrid, encarando un nuevo ciclo olímpico. Sin embargo, el recorrido de Esther Sanz en el bádminton únicamente duró un año más, pues en septiembre de 1997, dos meses antes de cumplir los 23 años, decidió retirarse por discrepancias con la política de la federación española. Como ella explicaba, “la parte federativa termina afectándote aunque no quieras. A pesar de que había más recursos, no los veíamos. Yo no quería dinero, pero sí quería progresar. Nunca pensé que fuese a terminar así y sí que iba a ser profesional hasta que se me cayeran los pies. No pude irme con el sabor de boca que me hubiera gustado. Aquel era mi mundo y mi pasión”.

Como despedida, Esther logró en Valencia su noveno y último entorchado nacional, batiendo en individuales a la valenciana Dolores Marco, campeona en 1995 y 1996 y a quien ya había derrotado en la final de 1994. Igualmente, formó parte del combinado nacional en los Juegos Mediterráneos de Bari 1997 –el bádminton fue deporte de exhibición y España terminó como el mejor equipo–, la Copa Sudirman de 1997 (34.ª) y el Campeonato del Mundo de Glasgow 1997, donde fue eliminada en 1/32 de final tanto en dobles femeninos (con Dolores Marco) como en dobles mixtos (con Arturo Ortiz) y en la 3.ª ronda (de 4) de la calificación de individuales.

Ya en clave académica, hay que destacar que, paralelamente a su carrera deportiva, Esther Sanz efectuó los estudios de Turismo en la Escuela Oficial de Turismo de Madrid de 1993 a 1996. A su retirada del alto nivel, empezó a ejercer en este campo, en el que ha forjado una exitosa vida post-deportiva, habiendo trabajado en distintas empresas en la Costa del Sol, Austria y Francia y desde 2003 en Estados Unidos, donde estuvo viviendo casi 15 años. De hecho, desde septiembre de 2014 trabajaba como desarrolladora de producto en la firma norteamericana Gate 1 Travel, en Pensilvania, hasta que en el verano de 2017 cogió los bártulos y, acompañada de su esposo Maarten y sus hijas Laura y Sonia, retornó a la Benalmádena de su infancia. En la actualidad trabaja en la agencia de viajes Euroamerica, ubicada en Torremolinos, que se dedica a traer a la Costa del Sol a turistas americanos.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 9 de noviembre de 2020