Carolina María Marín Martín

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Carolina María Marín Martín
Huelva

Carolina María Marín Martín

15.06.1993

Huelva

2
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2012 Londres (Reino Unido)BádmintonFemeninaIndividuales
Puesto 17
2016 Río de Janeiro (Brasil)BádmintonFemeninaIndividuales
Medalla de oro


Biografía de Carolina María Marín Martín

Son pocas las ocasiones que el deporte, cada vez más previsible y constreñido, asiste a un fenómeno que transgrede los cánones, que muestra que la tradición no está reñida con lo extraordinario o simplemente que nos recuerda qué es lo que apasiona de la competición: la emoción del asombro. Palabra por palabra, las páginas escritas por Carolina Marín responden a estas cualidades.

La irrupción de esta andaluza como mejor jugadora mundial de bádminton, alcanzando el título universal el 31 de agosto de 2014, podría compararse a la que en su momento protagonizaron Seve Ballesteros al ganar el primer major de golf para España; o el piloto Fernando Alonso cuando se impuso en el Mundial de Fórmula 1; o el baloncestista Pau Gasol, primer español con un anillo de campeón de la NBA. No obstante, en el caso de la nueva “Perlita de Huelva” –como la bautizó la periodista Ana Muñoz en su artículo del 14 de diciembre de 2015 en el diario As–, concurre el atenuante de que ella lo ha hecho en un deporte casi desconocido en nuestro país, sin ninguna tradición y a años luz del nivel de las primeras potencias. Ahí reside el extraordinario valor de aquel primer entorchado mundial de Carolina Marín, al que siguieron un segundo y un tercero y, sobre todo, una medalla de oro olímpica que recompensa el enorme trabajo de esta deportista única –y su equipo técnico–, dotada de una maravillosa técnica y de una fortaleza mental y carácter competitivo impresionantes.

A sus 27 años, toda precocidad, Carolina Marín ha ganado individualmente todo lo que podía ganar, habiendo cumplido todas las ambiciones que se marcó siendo un talento emergente –“rising star”, como la definió la Federación Internacional de Bádminton (BWF) en 2011: ganar la medalla de oro olímpica, ser campeona del mundo y de Europa y convertirse en número 1 del ranking mundial. ¿Cuál será el siguiente reto?

Carolina, nacida el 15 de junio de 1993 en Huelva e hija única de Gonzalo y Toñi, estudió primaria en el Colegio Diocesano Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad onubense, etapa en la que nuestra protagonista tuvo dos actividades extraescolares muy definidas. Por un lado, el baile flamenco, cuya práctica comenzó a los 8 años, y por otro el bádminton, en el que se introdujo en 2001, con 9 años, por consejo de su amiga y compañera de clase Laura Sánchez, siendo en esos primeros momentos un pasatiempo divertido que, además, le permitía competir y medirse a otras niñas.

“No me lo pensé y elegí el bádminton”. La decisión se produjo a los 12 años, con el aval de ganar el primer título nacional, y obviamente trajo consigo los primeros cambios en la vida de la onubense –la raqueta y el volante ya no eran un pasatiempo–, que ingresó en la estructura del club local IES La Orden, donde pasó a las manos del excelente entrenador Paco Ojeda, y debutó internacionalmente, en el Internacional de Bruselas sub-15.

En tales condiciones estuvo dos años hasta que en el Campeonato de España Sub-15 disputado en 2007 en Menorca –que ganó– el técnico nacional Fernando Rivas quedó prendado de su talento y potencial y le ofreció la oportunidad de incorporarse al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, como miembro del equipo nacional. Así, con solo 14 años, Carolina abandonó Huelva y se separó de los suyos para empezar a vivir en la Residencia Joaquín Blume –que sigue siendo su casa– y entrenar junto a Rivas, con el apoyo del psicólogo deportivo Pablo del Río. No obstante, continuó vistiendo los colores del IES La Orden en la liga nacional hasta la temporada 2011-2012 inclusive, aportando su granito de arena a cuatro subcampeonatos consecutivos de División de Honor (2009 a 2012).

En Madrid, prosiguió su formación académica en el Instituto de Enseñanza Secundaria Ortega y Gasset –secundaria y bachillerato–, aunque siempre supeditada al bádminton, que se había convertido en profesión además de pasión. Dedicada plena y absolutamente a su deporte desde 2008, Carolina cubrió con una antelación sorprendente las distintas etapas de formación. Devoraba conocimientos y entrenaba con devoción y rigor, sin excusas. Como ejemplo cabe reseñar que cuando en 2009, sin haber cumplido los 16 años, se impuso por primera vez en el Nacional sub-17, también lo hizo en el certamen sub-19 y en el absoluto.

Sus deseos de competir, de luchar y ganar en la pista y su juego ofensivo pronto se quedaron grandes para el ámbito nacional, donde ha llegado a acumular 13 entorchados: 2 sub-15 (Menorca 2007 y Burguillos 2008), 2 sub-17 (Vegadeo 2009 y Játiva 2010), 3 sub-19 (Huelva 2008, Manorca 2009 y Vegadeo 2010) y 6 absolutos (Alicante 2009, Huelva 2010, Torrejón de Ardoz 2011, Huesca 2012, La Estrada 2013 y Jaén 2014). Así es, la verdadera dimensión de la jugadora andaluza se ha apreciado en el calendario internacional, que, hasta su llegada, era un terreno por explorar para el bádminton español.

Que Carolina no iba a arrugarse frente a las danesas o británicas en Europa, o frente a las indias, malayas, japonesas, coreanas o chinas en torneos internacionales posiblemente fue un pensamiento que Fernando Rivas construyó durante aquellas primeras largas y anónimas sesiones de entrenamiento en el CAR de Madrid con su discípula, disfrutando día tras día de la veloz progresión de una jugadora siempre con ganas de más. O quizás naciese a raíz de la primera gran campaña exterior de la andaluza, 2009, cuando se proclamó campeona de Europa sub-17 en Medvode (Eslovenia) y subcampeona de Europa sub-19 en Milán (Italia), y consiguió su primera victoria internacional sénior, el Abierto de Irlanda –disputado en Dublín–, con solo 16 años.

En 2010, la zurda onubense, siempre en individuales, sumó otros dos torneos a su palmarés –el Internacional de Chipre, en Nicosia, y el Abierto de Uganda, en Kampala– y llegó a los cuartos de final de la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Singapur, y del Campeonato del Mundo Júnior, en Guadalajara (México).

Al año siguiente, Carolina, pese a su juventud, presentó formalmente su candidatura a participar en los Juegos Olímpicos de 2012. Luego de haber cerrado 2010 como n.º 80 del ranking mundial, a lo largo de la campaña de 2011 la andaluza se regaló por su mayoría de edad el título de campeona de Europa sub-19, en Helsinki (Finlandia), y la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Júnior, en China Taipéi. Pero fundamentalmente, venció en categoría absoluta en los individuales del Internacional de Marruecos, en Marrakech, y del Internacional de España, en Madrid, y fue octavofinalista (9.ª) en el Campeonato del Mundo Absoluto, celebrado en Londres (Reino Unido), lo que le aupó al puesto 26.º en la tabla mundial de noviembre.

Asentada en la aristocracia del bádminton internacional, en 2012, con un 5.º puesto en el Campeonato de Europa absoluto disputado en Karlskrona (Suecia), entre otras actuaciones, ratificó su posición y al cierre del período de clasificación olímpica, el 3 de mayo de 2012, logró el pasaporte para Londres 2012 como 27.ª jugadora del mundo y 19.ª de las designadas para las Olimpiadas.

En aquellos primeros Juegos Olímpicos de nuestra biografiada, no logró superar la fase de grupos, en la cual perdió en el debut del día 29 de julio ante la luego campeona olímpica, la china Li Xuerui, por 0-2 (13-21 y 11-21) y venció en el segundo partido, al día siguiente, a la peruana Claudia Rivero por 2-0 (21-17 y 21-7). Segunda del grupo L –solo calificaban para octavos de final las campeonas de grupo–, se clasificó en el puesto 17.º, entre 46 contendientes.

Designada mejor jugadora promesa del año por la federación europea, la campaña de 2012 y fundamentalmente la participación en Londres 2012 significaron un antes y un después en la carrera deportiva de Carolina Marín, que a partir de 2013 desató el monstruo competitivo que llevaba dentro, llevando su juego a la máxima expresión de técnica, calidad y agresividad en un período olímpico que tenía un claro objetivo principal: la medalla en Río de Janeiro 2016.

En pos de este propósito, la onubense firmó en 2013 un convenio con la Federación Española de Bádminton y Badminton Europe para disponer de los recursos económicos y técnicos necesarios para sus aspiraciones, convirtiéndose en la imagen del bádminton continental.

Bajo estas condiciones, Carolina, en plena explosión de sus facultades, rubricó éxitos difícilmente igualables en el deporte español, tales como dos triunfos en el Campeonato del Mundo y otros dos en el Campeonato de Europa, lo que le ocasionó distinciones como las de mejor jugadora europea de 2014 (EBU) y mejor jugadora mundial de 2015 (BWF), el ingreso en la Real Orden del Mérito Deportivo en las categorías de medalla de bronce (2014) y medalla de oro (2016), y el asalto al primer puesto del ranking mundial, materializado el 11 de junio de 2015 y en el que se mantuvo 68 semanas.

Tras el debut en 2011, la singladura de Marín en el Campeonato del Mundo prosiguió en Cantón (China) 2013, donde llegó a cuartos de final (5.ª), y continuó en Copenhague (Dinamarca) 2014 y Yakarta (Indonesia) 2015, ediciones estas dos en las que se alzó con el título en individuales –15 años después de que lo hiciese la última europea– ganando en la final a Li Xuerui (17-21, 21-17 y 21-18) –intensísimo encuentro de una hora y 19 minutos– y a la india Saina Nehwal (21-16 y 21-19), respectivamente.

Por su parte, en el Campeonato de Europa –entonces bienal y ahora anual–, Carolina venció en Kazán (Rusia) 2014, batiendo a la danesa Anna Thea Madsen (21-14, 9-21 y 21-8), y La Roche-sur-Yon (Francia) 2016, imponiéndose a la escocesa Kirsty Gilmour (21-13 y 21-18). En la versión para equipos nacionales, en Kazán 2016 Carolina lideró el doble hecho inédito de la consecución de la medalla de bronce por parte del equipo femenino español, en febrero, y la clasificación automática para el Mundial específico, la Uber Cup, celebrado en Kunshan (China) en mayo y donde España concluyó en 13.ª posición en su debut.

En el capítulo de torneos internacionales, nuestra biografiada posee una tarjeta cuyo lustre fue in crescendo con el paso de las temporadas de 2013 a 2016, añadiendo a las cinco victorias antes reseñadas otras en eventos del mayor nivel. Cabe recordar que el calendario mundial divide los torneos en varias jerarquías, siendo estas, por orden de importancia, World Superseries Premier, World Superseries, Grand Prix Gold, Grand Prix, International Challenge e International Series.

Dentro de las Series Mundiales, la andaluza ha vencido en los premier All England (Birmingham) y Abierto de Malasia (Kuala Lumpur), y en los “convencionales” Abierto de Australia (Sídney), Abierto de Francia (París) y Abierto de Hong Kong (Kowloon), todos en 2015. En el Grand Prix, se impuso en el Gran Premio de Londres –nivel oro– y en el Abierto de Escocia (Glasgow), ambos en 2013. En la Challenge, ganó en el Masters de Suecia (Estocolmo), el Abierto de Finlandia (Vantaa) y el Internacional de Italia (Roma), todos en 2013.

Por último, para terminar de reseñar los logros de este ciclo olímpico, hay que indicar que Carolina Marín fue seleccionada para el equipo de Europa (5.º clasificado) que participó en la segunda edición (2013) de la fugaz Copa Axiata, en Surabaya (Indonesia). En el ámbito de club, compitió en Dinamarca durante las temporadas 2012-2013 y 2013-2014, defendiendo los colores del Odense BK, un salto cualitativo a la mejor liga de Europa que la jugadora efectuó “para seguir progresando”.

Asimismo, en 2013 participó en la primera edición de la Premier Badminton League, una selectísima competición –autoproclamada como el torneo mejor dotado económicamente del mundo– organizada por la Asociación de Bádminton de India y que durante dos semanas reúne a los mejores jugadores internacionales –exceptuando a chinos y japoneses– enrolados en seis franquicias que los eligen por subasta. Ese año, Carolina compitió por los Banga Beats de Bangalore, que terminaron últimos, y en 2016 renunció al segundo capítulo del evento indio, pues sus cinco sentidos estaban colocados en los Juegos Olímpicos, a los que llegó como gran favorita al título.

En el pabellón 4 del Riocentro de Río de Janeiro, disputaría cinco partidos para alcanzar la tan ansiada y trabajada gloria olímpica. Para empezar, en primera ronda venció a las dos rivales del grupo A –la finlandesa Nanna Vainio (2-0), el 11 de agosto, y la danesa Line Kjaersfeldt (2-0), el domingo 14– lo que le otorgó el liderato del grupo. Esta circunstancia, unida a su primer puesto en el ranking mundial, le exentó de los octavos de final.

Posteriormente, en cuartos –martes 16– venció a la coreana Sung Ji-Hyun (2-0) y en semifinales, el jueves 18, a la eterna rival y defensora del título, la china Li Xuerui (2-0). Por último, en la maravillosa final del viernes 19, a las 15:25 hora española, ganó a la india Pusarla Sindhu, por 2-1 (19-21 en 27 minutos, 21-12 en 22 minutos y 21-15 en 31 minutos), protagonizando uno de los grandes momentos del deporte español de todos los tiempos.

Convertida en leyenda del bádminton y artífice de haber llevado a este deporte de la nada a la popularidad en España, la andaluza comenzó en el curso 2016-2017 una nueva etapa personal matriculándose en Fisioterapia en la Universidad Católica de Murcia y otro ilusionante período deportivo, en el que, al lado de su eficaz equipo, con Fernando Rivas a la cabeza, en el CAR de Madrid, se ha planteado el reto de convertirse en la “mejor jugadora de la historia y para ello todavía tengo que conseguir dos mundiales más y otros Juegos Olímpicos”.

Para empezar, en enero de 2017 volvió a India, donde es un ídolo de masas, para participar en la tercera edición de la Premier Badminton League dentro del equipo Hyderabad Hunters –a la postre, 4.º clasificado–, habiendo sido la jugadora con mayor cotización en la subasta de adjudicación de jugadores. Más tarde, ha sido subcampeona del Abierto de Alemania, perteneciente al Grand Prix Gold, y de los abiertos de India, Malasia y Singapur, todos ellos de las Series Mundiales –el de Malasia con rango premier–, cuatro derrotas en finales que la onubense palió moralmente con el tercer entorchado consecutivo en el Campeonato de Europa, derrotando en la final de nuevo a Kirsty Gilmour (21-14 y 21-12), en la ciudad danesa de Kolding.

No obstante, su gran reto de 2017 fue una nueva edición del Campeonato del Mundo, celebrado en Glasgow (Reino Unido) del 21 al 27 de agosto, donde, no obstante, no pudo detentar la corona universal al ser eliminada en cuartos de final –por tanto, 5.º puesto final– por la nueva campeona, la japonesa Nozomi Okuhara. Posteriormente, la andaluza volvió a la senda del triunfo imponiéndose el 24 de septiembre en el Abierto de Japón y cerró la temporada como 6.ª clasificada del ranking mundial de las Series Mundiales, no pudiendo disputar la final de Dubái por una lesión en la cadera.

Pero la campeona andaluza no tardó en recuperar sensaciones en un año 2018 para enmarcar, en el que volvió a firmar gestas inéditas en la historia del bádminton: en el Mundial de Nankin (China) se convirtió en la primera mujer en conquistar tres títulos universales tras derrotar en la final a su víctima en Río, la india Pusarla Sindhu, por 21-19 y 21-10; y en el Europeo de Huelva, ante los suyos –más de 5.000 personas abarrotando el pabellón que lleva su nombre–, batió en la final a la rusa Yevgueniya Kosetskaya (21-15 y 21-7) y se erigió en la primera tetracampeona continental superando los tres entorchados consecutivos de la danesa Camilla Martin (1996-1998-2000).

Por si fuera poco, también le dio tiempo de renovar la medalla de bronce conquistada con el equipo femenino español en el torneo continental por selecciones nacionales, como en 2016 de nuevo en Kazán; o de anotarse el Abierto de China, de las Super Series Premier, y el Abierto de Japón (Super Series).

Si 2018 fue para enmarcar, 2019 fue un año complicado, sobre todo a raíz de que tuviera que retirarse en la final del Abierto de Indonesia, celebrado en enero, por sufrir una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha; lesión por la que acabó renunciando a defender su corona mundial en Basilea (Suiza) en agosto, con la idea de centrarse en el desafío de revalidar su oro olímpico en Tokio. Pese a todo, sí pudo renovar su triunfo en el prestigioso Abierto de China y apuntarse también el Abierto de la India, ambos Super Series Premier.

En 2020, la cancelación de gran parte del calendario por la pandemia sanitaria le ha impedido levantar trofeo alguno, aunque ha sido finalista del Abierto de Indonesia y del Barcelona Spain Masters. Carolina, a buen seguro, tratará de desquitarse en los aplazados Juegos de Tokio 2021, para así quedarse a un paso de su sueño de convertirse en la más grande de la historia del bádminton femenino.

En el capítulo de distinciones, cabe reseñar que Carolina Marín es Medalla de Andalucía (2018), Premio Nacional del Deporte (2014) y Premio Andalucía de los Deportes (2009, 2010, 2014 y 2016). En diciembre de 2016 el Palacio de los Deportes de Huelva fue renombrado como Palacio de Deportes Carolina Marín.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 9 de noviembre de 2020