Carolina Malchair Selecque

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Carolina Malchair Selecque
Málaga

Carolina Malchair Selecque

31.05.1982

Marbella (Málaga)

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2000 Sídney (Australia)Gimnasia_RítmicaFemeninaConjuntos
Puesto 10


Biografía de Carolina Malchair Selecque

La historia de la gimnasia rítmica andaluza en los Juegos Olímpicos comenzó con la presencia en Sídney 2000 de esta espigada deportista de la que su entorno técnico afirmaba que tenía el biotipo perfecto para la especialidad. Dotada de una notable altura (1,68 metros), ligereza (43 kilos) y connatural elegancia, Carolina Malchair estuvo, pese a ello, poco tiempo en la elite, tan solo un ciclo olímpico, retirándose con 18 años tras unos Juegos de sabor agridulce en los que el conjunto español, defensor del título, terminó en una última posición inadecuada a su nivel.

Carolina nació el 31 de mayo de 1982 en Marbella y lo hizo en esta localidad malagueña ya que en ella se habían instalado sus padres, Eduardo e Isabel, procedentes de su país nativo, Bélgica. En Marbella nació y creció la pequeña Carolina, comenzando a expresar a los 6 años su pasión por la actividad física a través del ballet. No obstante, a la edad de 7, se mudó con sus padres y hermana menor, Sandra, a Cádiz por motivos laborales del progenitor, que trabajaba en la hostelería, y fue allí donde nuestra protagonista probó la gimnasia durante el primer año de estancia en la Tacita de Plata, con tal gusto que causó alta inmediata en el Club Polideportivo Cádiz, presidido por Antonio Portillo, para seguir disfrutando de aquella nueva experiencia.

En el club gaditano, encontró los consejos de Emilia, su primera entrenadora, a la que siguieron Margarita Tomova, Sonia Pretova y Elena Thomas en el satisfactorio proceso de hacerla crecer como gimnasta, respondiendo la discípula con entrega en los entrenamientos, constancia y talento. Un cóctel del que pronto emanaron los primeros éxitos competitivos provinciales, luego autonómicos y más tarde nacionales, los cuales motivarían sucesivas llamadas a concentraciones con la selección.

Con solo 9 años, siendo alevín (1991), debutó en un encuentro internacional amistoso celebrado en Sofía (Bulgaria) y en las siguientes temporadas, de 1992 a 1995, continuó con su trabajo en Cádiz, superando la categoría infantil y aterrizando en la júnior, hasta que en 1996 fue incorporada al equipo nacional júnior de rítmica, lo que motivó su traslado permanente a Madrid. Ese año y con dicha selección, participó en el Torneo Internacional de Thiais (Francia), ocupando la 5.ª plaza en seis pelotas, y en el Campeonato de Europa júnior, en Asker (Noruega), al lado de Oslo, donde ella y el equipo español obtuvieron el 15.º puesto en seis pelotas.

Con el estreno de la nueva temporada, la andaluza recibió el 10 de marzo de 1997 la noticia de su incorporación al equipo absoluto, que se encontraba en plena renovación tras la llegada en diciembre de 1996 de una nueva seleccionadora, María Fernández Ostolaza, y la retirada de casi todas las gimnastas que habían obtenido en los Juegos de Atlanta la medalla de oro en conjuntos.

De esta forma, Malchair emprendió cuatro durísimos años de entrenamientos continuados en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid –solo tenía un día a la semana de descanso–, en régimen de concentración permanente, residiendo en un piso al lado del INEF y con escasísimo margen para viajar a Cádiz para ver a los suyos, y de competiciones ininterrumpidas dentro y fuera de España para ir cohesionando el nuevo grupo de trabajo.

En este carrusel de torneos, en 1997 destacó la aparición de Carolina en el Campeonato de Europa de conjuntos celebrado a finales de mayo en Patrás (Grecia), siendo España el único conjunto que subió dos veces al podio, para recoger la medalla de plata en cinco pelotas y la medalla de bronce en dos cintas y tres pelotas, además de ocupar el 4.º lugar en el concurso general. Como curiosidad indicar que para poder competir en dicho Europeo absoluto tuvieron que aligerarse los trámites de obtención de la nacionalidad española (formalizada a 23 de mayo de 1997) por parte de Carolina, quien aún poseía pasaporte belga.

Tras este campeonato, fue convocada el 1 de junio por la seleccionadora nacional de la modalidad individual, Ana Bautista, para participar en el Campeonato del Mundo de ese mismo año, en Berlín, aunque al final representaron a España Almudena Cid, Alba Caride y Esther Domínguez.

Consolidada en el conjunto nacional, el año de 1998 fue sencillamente sensacional para la marbellí y sus compañeras de equipo. Ese año tocaba el Campeonato del Mundo de conjuntos, a celebrar en el Palacio de los Deportes de San Pablo de Sevilla, y el camino hacia el magno evento estuvo jalonado de triunfos tras triunfos en los principales torneos del circuito internacional, tales fueron el de Thiais, la Copa Kalamata (Grecia) y el de Budapest (Hungría). En todos ellos, España se alzó con la medalla de oro en el concurso general, el ejercicio de cinco pelotas y el ejercicio de tres cintas y dos aros, con la única excepción de la plata general en Grecia.

Ya en el Mundial, del 8 al 14 de mayo, el combinado español volvió a brillar con luz propia al conseguir la medalla de plata general, el título mundial en dos aros y tres cintas –Carolina fue suplente en este– y el 7.º puesto en cinco pelotas. Sin lugar a dudas, un éxito rotundo que hizo vibrar a todas las personas que durante esos días acudieron al pabellón hispalense.

En 1999, con relevo técnico al frente del equipo –Nancy Usero asumía el cargo de seleccionadora–, la preparación continuó con muchísimo entusiasmo, ilusión y dedicación con la mirada puesta en la ya cercana cita olímpica, con nuevos éxitos que sumar al currículum del colectivo, aunque con menor brillantez que en el curso anterior.

De esta forma, en la Copa Kalamata el conjunto acabó 7.º en la general y ganó la medalla de bronce en diez mazas, mientras que en Thiais terminó 4.º tanto en el concurso general como en diez mazas y se adjudicó el bronce en tres cintas y dos aros. Ya en el Campeonato de Europa, en Budapest, volvió a alzarse con el bronce en tres cintas y dos aros, pero bajó a la 6.ª posición en diez mazas y a la 7.ª en la general.

Prosiguió la campaña en la Copa DTB de Bochum (Alemania), donde el equipo nacional acabó 6.º en la general, 5.º en diez mazas y 2.º (medalla de plata) en tres cintas y dos aros, antes de viajar a Osaka (Japón) para disputar el trascendental Campeonato del Mundo, donde se ponían en juego las plazas para los Juegos Olímpicos. La participación mundialista se saldó sin podio alguno –España fue 7.ª general y 6.ª en tres cintas y dos aros, y diez mazas–, aunque con la satisfacción de confirmarse entre los conjuntos que viajarían a Sídney el año siguiente.

Con el complicadísimo reto de repetir la inolvidable medalla de oro obtenida por España cuatro años antes en Atlanta o al menos subir al podio, Carolina y sus compañeras del conjunto nacional absoluto de gimnasia rítmica encararon un año 2000 en el que se generaron, antes de los Juegos, sólidos motivos para la esperanza en los torneos internacionales disputados: Copa de Madeira (Portugal) –medalla de plata en la general y en tres cintas y dos aros, y medalla de oro en diez mazas–, Gran Premio de Thiais –bronce general, plata en tres cintas y dos aros y puesto 8.º en diez mazas–, Copa Kalamata –plata general– e Internacional de Málaga –plata general.

Así, Carolina Malchair vio cumplido “el sueño de toda una vida” de participar en unos Juegos, cosa que llevó a cabo al lado de Igone Arribas, Carmina Verdú, Marta Calamonte, Lorena Guréndez y Beatriz Nogales. Sin embargo, la defensa del título olímpico, la condición de favoritas a medalla y la atención creada en torno a ellas resultaron muy posiblemente una imposición demasiado fatigosa para las seis gimnastas, que en ambos ejercicios tuvieron errores de peso que propiciaron bajas puntuaciones (18,816 en diez mazas y 19,033 en tres cintas y dos aros), siendo en ambos casos décimas y últimas, al igual que en la calificación (37,849), fuera, por tanto, de la final de ocho conjuntos de forma inesperada y sorprendente.

Aquel 28 de septiembre, en el Dome de Sídney y al término de la competición, Carolina Malchair decidió poner el punto final a su carrera deportiva con la firme creencia de que era el mejor momento para decir adiós.

Recordada en Cádiz, donde fue nombrada personaje del año y se celebra un torneo de gimnasia con su nombre, regresó a su tierra de adopción al lado de su familia y empezó a estudiar, primero Turismo, si bien nunca le entusiasmó ni le atrajo demasiado, y luego Secretariado, que sí concluyó. Gracias a su formación trabajó como secretaria de dirección en un despacho de abogados, si bien la gimnasia volvió a llamar a su puerta y, tras obtener la titulación correspondiente, marchó de nuevo a Madrid para ejercer de entrenadora.

Actualmente, Carolina Malchair, Premio Andalucía de los Deportes en 1998, entrena a futuras gimnastas de elite en la madrileña Escuela Europea de Gimnasia y en el Club Gimnástico Coslada.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 19 de noviembre de 2020