Antonio Manuel Reina Ballesteros

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Antonio Manuel Reina Ballesteros
Olímpico

Antonio
Reina

Sevilla

Antonio Manuel Reina Ballesteros

13.06.1981

Osuna (Sevilla)

3
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2004 Atenas (Grecia)AtletismoMasculina800 m
Puesto 13
2004 Atenas (Grecia)AtletismoMasculina4x400 m
Puesto 14
2008 Pekín (China)AtletismoMasculina800 m
Puesto 14
2012 Londres (Reino Unido)AtletismoMasculina800 m
Puesto 15


Biografía de Antonio Manuel Reina Ballesteros

Con trece temporadas en la primera escena internacional de una prueba tan dura y exigente físicamente como es la de 800 metros, Antonio Reina “el Quillo” –mote de sus primeros años– es, sin duda, uno de los mediofondistas españoles más destacados de todos los tiempos. Regular como pocos, pese a las numerosas lesiones que padeció, estuvo presente en 3 Juegos Olímpicos, 9 mundiales y 6 europeos y su mejor tiempo en 800 metros en sala (1:45.25), del año 2002, aún constituye el récord nacional, realzando además su valía el hecho de que hoy día permanece como la 21.ª mejor marca mundial de siempre.

Hijo de José Antonio y María del Carmen y con una hermana menor que él, Beatriz, nuestro protagonista nació el 13 de junio de 1981 en Osuna, preciosa localidad de la Campiña de Sevilla, en sus calles, cuestas y el colegio donde estudió, Nuestra Señora de Fátima, dio rienda suelta desde pequeño a su ansia por correr, la cual se canalizó de forma estructurada cuando, tras ganar con 14 años la carrera popular en ruta de la Velada de Fátima, se dirigió a las pistas de atletismo municipales para hablar con el entrenador Manuel Alcaide, uno de los maestros del atletismo nacional, y pedirle consejo. En ese momento se selló una alianza entre ambos, profesor y discípulo, que duraría muchos años y arrojaría resultados tan excepcionales como los que se glosarán a continuación.

Atleta alto (1,86 metros), delgado y veloz, con tal físico y cualidades poco tardó Alcaide en catalogar a nuestro protagonista de velocista mantenido y mediofondista, esto es, especialista en 400 lisos y 800 metros, pruebas en cuya linde siempre se sintió cómodo Antonio, remiso en su momento a llevar a cabo la evolución habitual de los ochocentistas con la edad hacia el 1.500.

Enfocado en estas pruebas y establecido el método de entrenamiento más eficaz, la nueva perla del atletismo nacional no pasó desapercibida y con solo 17 años fichó por la AA Moratalaz, es decir, el Larios y luego Airtel. Corría la temporada 1998 –estuvo con los madrileños cuatro campañas, hasta 2001– y la apuesta del club más importante de la historia del atletismo español –lo fichó sin resultados significativos– muy pronto se mostró certera pues una de las características de la trayectoria deportiva de Reina fue su rapidísima eclosión y precocidad, sobresaliendo entre los absolutos cuando aún no había concluido su excelente periplo en las categorías de promoción.

En estas, en categoría júnior, el sevillano se proclamó campeón de España al aire libre en 800 metros en 2000 (Santander) y se alzó con la medalla de bronce en 800 –y 5.º puesto en relevo 4×400– en el Campeonato del Mundo de 2000, en Santiago de Chile. Por su parte, como promesa, ganó dos medallas de oro en los campeonatos nacionales al aire libre (800 en 2001 y 400 en 2002) y una en pista cubierta (400 en 2003) e internacionalmente se hizo con el título continental sub-23 al aire libre de 800 en el Europeo de Ámsterdam 2001, donde también rozó la medalla (4.º) en el relevo largo.

La calidad de Antonio se quedaba grande junto a los atletas de su edad y en 2001, con 20 años recién cumplidos, comenzó su formidable cosecha en campeonatos absolutos, obteniendo su primera medalla de oro nacional en la pista valenciana del Jardín del Turia y siendo internacional en los Juegos Mediterráneos y el Mundial de Édmonton, donde, 3.º en su serie, se quedó a las puertas de las carísimas semifinales –solo hubo dos, para 16 atletas– y llegó a la final del relevo después de haber batido la plusmarca nacional en las series. A su regreso de Canadá, sus paisanos le efectuaron un gran recibimiento en el aeropuerto de Sevilla y en la propia Osuna, donde fue paseado a hombros.

A este gran año le sucedió un 2002 aún mejor y otras temporadas de gran nivel, aunque también períodos complicados en los que las lesiones jugaron un papel determinante. Así, a finales de 2005 llegó el primer contratiempo serio –tres meses parado por fractura del quinto metatarsiano–, al que sucedió una nueva lesión (síndrome de la cintilla iliotibial) que, con seis meses de baja, le impidió acudir al Campeonato de Europa de 2006, en Gotemburgo (Suecia). Tras una larga recuperación, consiguió asistir al Campeonato del Mundo de 2007, en Osaka, si bien firmó su peor actuación en este acontecimiento, siendo eliminado en las series.

Posteriormente, en la campaña de 2013 no compitió por estar recuperándose de un esguince del ligamento lateral externo del tobillo derecho y en 2014 fue operado –abril– de síndrome compartimental, luego de haber sufrido dolores en los gemelos durante varios meses, y solo pudo firmar la 7.ª posición en 800 metros en el Campeonato de España al aire libre, en Alcobendas. A estos incidentes físicos, el atleta sevillano unió un bajón psicológico en 2009 –rompió su encadenado de mundiales al no acudir a Berlín– como consecuencia del fallecimiento de su madre en el mes de marzo.

Junto a estas circunstancias, conviene reseñar que, derivado de su diligente estrellato, se instaló en Sevilla para entrenar en las pistas de la Cartuja, con dirección técnica a distancia de Manolo Alcaide, y luego mudó a Valencia para vivir junto a su esposa, Rosario Montaner, hermana de la saltadora de longitud Concha Montaner y con la que se casó en septiembre de 2008 y tiene un hijo, luego de conocerse en 2004. También en Valencia tuvo el asesoramiento de Alcaide hasta que en septiembre de 2011 dejó a su entrenador de toda la vida, de mutuo acuerdo, y marchó a vivir a Madrid para entrenar in situ con Bernardo Domínguez y preparar el asalto a los que fueron efectivamente sus terceros Juegos Olímpicos y, a la sazón, su última internacionalidad con la camiseta española.

Llegado, pues, el momento de relacionar sus enormes méritos competitivos, comencemos por los estatales, que se cifran en 8 entorchados absolutos, 7 en la prueba de 800 (Valencia 2001, Salamanca 2002, Jerez 2003, Almería 2004 y Málaga 2005 al aire libre y Valencia 2004 y Madrid 2005 bajo techo) y uno en 400 al aire libre (2005).

En lo relativo a plusmarcas y a excepción de las que poseyó en las inusuales pruebas de 500 y 600 en pista cubierta y 600 al aire libre, destaca su vigente récord en 800 metros en sala (1:45.25), que le valió el 3 de marzo de 2002 para obtener la medalla de bronce en la final del Europeo celebrado en el Dusika-Halle de Viena. A este, se une el récord de 800 metros al aire libre, el cual rebajó en dos ocasiones el mismo año (2002) y en el margen de un mes. Primero, efectuó 1:44.11 el 20 de agosto en San Sebastián y, después, el 21 de septiembre, marcó 1:43.83 en la Copa del Mundo disputada en la Peineta de Madrid, remontando en los 250 metros finales para obtener, con un llamativo pelo rubio, un triunfo memorable que él califica, sin duda, como su “gran victoria y el mejor momento vivido en el atletismo, independientemente de las tres participaciones en los Juegos”. Asimismo, recordar el récord en relevo 4×400 (3:01.42) logrado el 11 de agosto de 2001 en las series clasificatorias del Campeonato del Mundo y que permaneció hasta el 13 de agosto de 2017.

La primera vez que Antonio Reina pisó una pista olímpica fue en Atenas 2004, un 25 de agosto en el que ganó la séptima carrera de la primera ronda (1:46.66) y se clasificó por puestos para las semifinales del día siguiente. En esta fase, concluyó 3.º en la primera serie (1:46.17) a solo ocho centésimas del pase por puestos a la final –Mulaudzi, luego subcampeón, fue quien le antecedió. Fue, sin duda, su mejor actuación en las Olimpiadas, si bien en las otras dos presencias repitió el mismo esquema, al superar las series –en 2008 por tiempos y en 2012 por puestos– y caer eliminado en semifinales, en Pekín siendo 7.º en la segunda carrera (1:46.40) y en Londres llegando 6.º en la tercera, con su mejor marca olímpica (1:45.84).

A estas comparecencias en la prueba de 800 hay que unir su alineación en el relevo 4×400 nacional en los Juegos de 2004, cuando junto a Iván Rodríguez Ramallo, David Canal Valero y Luis Flores Martínez terminó 7.º (3:05.03) en la segunda serie clasificatoria y no pudo acceder a la final, quedando en el 14.º y último puesto general.

Internacional absoluto en 32 ocasiones, de 2001 a 2012, es en el ámbito de los campeonatos del mundo donde nuestro biografiado presenta un mayor historial merced a sus 5 asistencias al Mundial al aire libre y 4 en la versión en pista cubierta. En el primero, debutó en Édmonton 2001 (22.º en 800 y 6.º 4×400 con Iván Rodríguez, David Canal y Antonio Andrés) y repitió en París 2003 (12.º en 800 y 5.º en 4×400 con Iván Rodríguez, David Canal y Salvador Rodríguez), Helsinki 2005 (19.º en 800 y 17.º en 4×400), Osaka 2007 (29.º en 800) y Daegu 2011 (23.º en 800). Bajo techo, corrió en Birmingham 2003 (4.º en 800), Budapest 2004 (9.º en 800), Valencia 2008 (7.º en 4×400 junto a Mark Ujakpor, Marc Orozco y Luis Flores) y Estambul 2012 (10.º en 800).

En el continente, concurrió a los campeonatos de Europa al aire libre de Múnich 2002 (10.º en 800), Barcelona 2010 (12.º en 4×400) y Helsinki 2012 (4.º en 800), y a los campeonatos en pista cubierta de Viena 2002 (bronce en 800), Madrid 2005 (plata en 800) y Turín 2009 (abandonó en 400). Asimismo, representó a España en la Superliga de la Copa de Europa de 2003 (1.º en 800 y 4.º en 4×400) y 2005 (1.º en 800 y 7.º en 4×400), en la 1.ª División de la Copa de Europa de 2002 (2.º en 800 y 1.º en 4×400), 2004 (1.º en 800) y 2007 (1.º en 800 y 4×400) y en el Campeonato de Europa de Selecciones de 2010 (5.º en 800) y 2011 (10.º en 800).

En otro orden de acontecimientos, fue seleccionado para 2 Juegos Mediterráneos (5.º en 4×400 en Túnez 2001 y medalla de oro en 800 y 4×400 en Almería 2005), 2 Campeonatos Iberoamericanos (oro en 4×400 en Huelva 2004 y bronce en 800 en San Fernando 2010), la Copa del Mundo de Madrid 2002 (oro en 800) y dos ediciones del DecaNation (plata en 2005 y 6.º en 2008, en 400).

Relegado a un segundo plano por la nueva hornada de ochocentistas, entre ellos sus paisanos Kevin López y Luis Alberto Marco, en 2015, en Castellón, rozó la medalla (4.º clasificado) en el Campeonato de España al aire libre, acontecimiento en el que decidió retirarse en la campaña siguiente. De esta forma, el 23 de julio de 2016 en Gijón, una vez concluidas las semifinales de 800 metros y no habiéndose clasificado para la final, se despidió del público y, en señal de homenaje, sus compañeros de prueba le mantearon. Con 35 años, una edad insólita para un corredor de la doble vuelta al estadio, escribió: “Y se acabó. Todo principio tiene un final”. Hijo predilecto de Osuna (2008), a su retirada el Ayuntamiento de la ciudad aprobó por unanimidad bautizar una vía de la ciudad con el nombre Atleta Antonio Reina Ballesteros.

Actualmente, Antonio vive en Bormujos –regresó de Valencia en 2017– y se dedica a la gestión deportiva después de unos años trabajando como entrenador de atletismo y entrenador personal en la capital del Turia y en el municipio de La Eliana, donde llevaba la preparación física de los jugadores de la Academia de Tenis Masia. Sigue entrenando por su cuenta y no descarta volver a competir pronto.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 6 de noviembre de 2020