Álvaro Valera Muñoz-Vargas

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Álvaro Valera Muñoz-Vargas
Paralímpico

Álvaro
Valera

Sevilla

Álvaro Valera Muñoz-Vargas

16.10.1982

Sevilla

6
Juegos ParalímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
2000 Sídney (Australia)Tenis de mesaMasculinaEquipos 8
Puesto 5
2000 Sídney (Australia)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 8
Medalla de oro
2004 Atenas (Grecia)Tenis de mesaMasculinaEquipos 8
Puesto 5
2004 Atenas (Grecia)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 8
Puesto 9
2008 Pekín (China)Tenis de mesaMasculinaEquipos 6-8
Puesto 5
2008 Pekín (China)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 7
Medalla de bronce
2012 Londres (Reino Unido)Tenis de mesaMasculinaEquipos 6-8
Medalla de plata
2012 Londres (Reino Unido)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 6
Medalla de plata
2016 Río de Janeiro (Brasil)Tenis de mesaMasculinaEquipos 6-8
Puesto 5
2016 Río de Janeiro (Brasil)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 6
Medalla de plata
2020 Tokio (Japón)Tenis de mesaMasculinaEquipos 6-7
Medalla de bronce
2020 Tokio (Japón)Tenis de mesaMasculinaIndividuales 6
Puesto 11


Biografía de Álvaro Valera Muñoz-Vargas

Su juventud fue un ejercicio de precocidad sin precedentes ni emuladores. Su madurez, un ejemplo de consistencia para superar a los rivales de países emergentes. Y el resultado de la ecuación es que Álvaro Valera continúa en lo más alto de la elite mundial veintidós temporadas después de que se presentase en los mundiales de París con 16 años, flequillo a lo Harry Potter y una diestra prodigiosa que le enseñó a manejar su padre para convertirse en el campeón universal más joven de la historia del tenis de mesa. En 2019, el sevillano se apoderó de su undécima corona continental que unir a las cinco mundiales y los seis metales en sus también seis apariciones en los Juegos Paralímpicos, la primera con solo 18 años, de nuevo rompiendo todos los récords del calendario.

Álvaro Valera, el único campeón paralímpico del deporte español en tenis de mesa, nació el 16 de octubre de 1982 en Sevilla con una polineuropatía que le ha provocado atrofia muscular en las piernas y brazos, una enfermedad progresiva que ha sabido ralentizar gracias su preparación física y empeño, pero que irremediablemente le ha ido mermando en su capacidad de movimiento, de ahí su transición de la clase funcional 8 de los comienzos a la 6 actual.

Nuestro protagonista, hijo de Álvaro y Cristina, creció –y no es un decir– con una pala en la mano gracias a que desde temprana edad compartió con su padre, antiguo competidor de cierto nivel en campeonatos de Madrid, la afición, pasión y devoción por el tenis de mesa. Desde muy temprana edad, Valera sénior enseñó a Valera júnior los secretos de esta disciplina, creándose un vínculo padre-hijo inquebrantable. “Mi padre es mi principal entrenador y la persona a la que debo haber llegado adonde estoy por la dedicación y el trabajo que realizó conmigo entrenándome. Era un gran pensador y juntos debatíamos sobre estrategia, materiales y técnica, algunas veces pasando tardes enteras en el sótano de nuestra casa en El Porvenir debatiendo sobre determinada goma de picos o qué tipo de gesto era más conveniente para mi revés”, recordaba en una entrevista de Manolo Muriel en 2011.

Aquellas sesiones de hogar pronto se vieron complementadas por los entrenamientos vespertinos en el CTM San José de La Rinconada, su primer club y en el que, bajo la tutela de técnicos como José Luis Fernández Luna, cubrió su etapa infantil y juvenil curtiéndose como jugador y compitiendo en pruebas para personas con discapacidad y también abiertos –ganó una medalla de bronce en el Campeonato de España infantil de Villarrobledo (Albacete) y en el Torneo Estatal juvenil de Palencia.

Posteriormente, Álvaro ha pasado por la disciplina del CD Carolina (1999-2002), CD NODO Sevilla en diversas etapas (2003-2004, 2006-2014), Málaga TM (2005) y TM Rivas (desde 2014), habiendo llegado a actuar en partidos de la División de Honor con jugadores sin discapacidad. Paralelamente, ha llevado su formación académica hasta los estudios universitarios: comenzó con Periodismo y terminó graduándose en Turismo, aunque sin la intención de ejercer y por el mero hecho de tener una titulación superior.

En este fugaz recorrido por los 39 años de Álvaro Valera, su eje existencial siempre ha sido y sigue siendo el tenis de mesa. Álvaro llegó a la escena nacional y andaluza en pleno reinado de Manuel Robles en la categoría en silla y, fundamentalmente, en el florecimiento de José Manuel Ruiz, con el que desde su primer Campeonato de España allá por 1996, en Alcorcón (Madrid), ha mantenido una rivalidad sana y permanente en la categoría de pie, aunque siempre favorable al también granadino, al que solo ha logrado arrebatarle el título nacional una vez (Granollers 2000).

Desde su estreno –sin medalla– hasta Blanes 2016, en los veinte campeonatos disputados por él –no concurrió en 2015 ni desde 2017– el hispalense presenta una tarjeta de 24 medallas individuales (7 de oro, 11 de plata y 6 de bronce) y 23 colectivas (3, 12 y 8), para un total de 47.

En solitario, amén del open de pie de 2000, Álvaro sumó títulos de campeón de España a partir de que en 2007 se instaurasen las divisiones por categoría funcional en los nacionales, venciendo en 2008 y 2011, dentro de la clase 7, y en 2012, 2013, 2014 y 2016, en la clase 6. Por su parte, en dobles de pie, Álvaro Valera consiguió imponerse en 2004, en tanto que por equipos de pie ganó en 2000 con el Carolina y en 2005 con el Málaga.

El resto de metales se distribuye de la siguiente manera. En el abierto de pie, plata en 1998, 1999, 2001, 2002, 2003, 2005, 2010 y 2011 y bronce en 1997, 2004, 2008, 2009 y 2013. En individuales de la clase 7, plata en 2007, 2009 y 2010. En el open de todas las clases (silla y pie), bronce en 1997. En dobles de pie, plata en 2001, 2003, 2010 y 2014 y bronce en 1997, 1999, 2002 y 2009. Por equipos de pie, plata en 1998, 2001, 2002, 2003, 2009, 2011, 2014 y 2016 y bronce en 1999, 2006, 2012 y 2013.

A su vez, en la Copa del Rey, Valera posee tres medallas de plata con el CD Carolina (1999, 2000 y 2001) y un bronce (2003) con el CD NODO Sevilla, en tanto que, durante la etapa que el torneo copero se disputó por comunidades autónomas, se impuso con Andalucía en Rivas 2009 y Barcelona 2011, y fue medalla de bronce en 2010.

Siendo longevo y rico el palmarés de nuestro biografiado en los nacionales, su preponderancia siempre se ha expresado más impolutamente en terrenos internacionales. La primera vez que Álvaro vistió la camiseta nacional aconteció en el Campeonato de Europa de 1997, que acogió Estocolmo (Suecia). El sevillano, sin haber cumplido los 15 años, se plantó en la final de la clase 8 y se hizo con la medalla de plata, luego de perder el definitivo partido ante el local Magnus Andree por 15-21 y 17-21. En la temporada siguiente, debutó en el Campeonato del Mundo (24 al 30 de octubre) y se alzó con el título universal individual, tras batir en la final al coreano Kim Kwang-Jin, a una edad (16 años) sin precedentes ni subsecuentes, una circunstancia que se reprodujo en 2000 durante la disputa de los Juegos Paralímpicos, en los que de nuevo Álvaro volvió a imponer su clase y se alzó con la medalla de oro. Ya en 2001, ganó en Fráncfort el torneo individual por primera vez en el concierto europeo y reunió la simbólica triple corona: campeón paralímpico, mundial y europeo.

A lo largo de su larga carrera deportiva, el talentoso sevillano ha disputado siete campeonatos del mundo en los que reúne 5 medallas de oro, 2 de plata y 1 de bronce, a saber: París 1998 (oro en individuales 8), China Taipéi 2002 (5.º en equipos 8), Montreux 2006 (plata en equipos 7), Gwangju 2010 (oro en equipos 6-7 y bronce individual 7), Pekín 2014 (oro en equipos 6-7 e individual 6), Bratislava 2017 (oro por equipos 6) y Lasko 2018 (plata en individuales 6).

Asimismo, ha participado en 11 ediciones del Campeonato de Europa, con un balance de 11 oros, 3 platas y 4 bronces: Estocolmo 1997 (plata en individuales 8), Piestany 1999 (oro en equipos 8 y bronce individual 8), Fráncfort 2001 (oro individual 8 y 9.º en el abierto de pie), Zagreb 2003 (oro en equipos 8 y 5.º individual), Kranjska Gora 2007 (oro en equipos e individual 7), Génova 2009 (oro en equipos e individual 7), Split 2011 (bronce en equipos 7 y oro en individuales 6), Lignano 2013 (plata en equipos 7 e individuales 6), Vejle 2015 (bronce en equipos 7 y oro en individuales 6), Lasko 2017 (bronce en equipos 7 y oro en individuales 6) y Helsingborg 2019 (oro en equipos y cuartofinalista en individuales 6).

Si a estos metales unimos los seis de los Juegos Paralímpicos (1 oro, 3 platas y 2 bronces), el resultado es contundente: nada menos que 32 medallas en grandes campeonatos (17 oros, 8 platas y 7 bronces).

Álvaro Valera debutó en las Paralimpiadas el 19 de octubre de 2000, en Sídney (Australia), participando junto a Jordi Morales en el torneo por equipos de la división 8, en el que luego de ganar en la ronda preliminar a Japón (3-0) y perder ante Corea (2-3) y Francia (0-3) no pudieron pasar a semifinales. Hacía tres días que el andaluz había llegado a la mayoría de edad y el regalo que recibió para tan significativa ocasión fue el triunfo en la prueba individual, a la que concurrieron 20 palistas. Valera debutó el día 24 y terminó primero del grupo F al haber ganado los tres partidos de la ronda preliminar: 2-0 al croata Dragan Rakic, 2-1 al taiwanés Lin Hsiu Hsien y 2-0 al sudafricano Johan Du Plooy, por este orden. Continuó su racha victoriosa en octavos de final (2-0 al belga Nico Vergeylen), en cuartos (2-0 al coreano Lee Cheon Sik), en semifinales (2-0 al finlandés Kimmo Jokinen) y, cómo no, en la final del 27 de octubre, donde venció al francés Alain Pichon (2-0). Solo cedió un set en todo el torneo.

“La medalla de oro fue un sueño hecho realidad. La primera paralimpiada que disputé. En ella cumplí 18 años y qué mejor regalo que ganar la reina de las competiciones. Es la única medalla de oro paralímpica que existe en toda la historia del tenis de mesa en España”.

Cuatro años más tarde, en Atenas 2004, la suerte no acompañó a Álvaro, quien volvió a caer en la primera ronda del torneo colectivo y no pasó de octavos de final en solitario. De nuevo con Jordi Morales, completó, sin embargo, unos buenos preliminares, batiendo a Chequia (3-0) y a la que luego sería campeona, Bélgica (3-1), y cayendo solo ante China (0-3), si bien el triple empate en cabeza a dos victorias y una derrota favoreció a belgas y chinos, y los españoles, terceros de grupo, quedaron eliminados. En individuales, Álvaro acabó segundo del grupo D –ganó al taiwanés Hu Ming Fu (3-2) y al francés Julien Soyer (3-1) y perdió ante el chino Li Manzhou (1-3)–, no pudo pasar directamente a cuartos y en octavos de final le cerró el camino a las medallas el francés Michel Schaller (0-3).

En Pekín 2008, la prueba por equipos –esta vez por rondas de eliminación– se siguió resistiendo a Valera y Morales, que ganaron en octavos a Rusia (3-1) y perdieron en cuartos ante Eslovaquia (0-3). Empero, en individuales, el sevillano volvió a saborear la indescriptible sensación de subir a un podio en los Juegos al alzarse con la medalla de bronce. Su torneo en la clase 7 (16 palistas) fue el siguiente: triunfos en la primera ronda ante el italiano Andrea Furlan (3-1), el egipcio Sayed Mohamed Youssef (3-1) y el chino Qin Xiaojun (3-1), derrota en semifinales a manos del alemán Jochen Wollmert (1-3) –medalla de oro– y victoria por el bronce frente al americano Mitchell Seidenfeld (3-1).

De los Juegos en China, Valera recuerda la espectacularidad del torneo en un país considerado “la meca del tenis de mesa. Semejante despliegue de medios y un pabellón lleno a reventar hizo de aquellas Paralimpiadas una experiencia inolvidable a pesar de que la medalla de bronce tuvo un sabor agridulce ya que tuve cerca acceder a la final en el partido contra el número uno chino y gran favorito”.

Los Juegos de Londres 2012 vinieron en gran medida a endulzar el recuerdo ambivalente de la competición de Pekín, por cuanto nuestro sevillano sí consiguió llegar a la ansiada final y por conjuntos por fin logró la medalla que tanto había perseguido en compañía, cómo no, de Morales. La senda hasta la final por equipos 6-8 fue impoluta, al barrer a las potentes naciones de Corea (3-0) en octavos, China (3-1) en cuartos y Alemania (3-0) en semifinales, y se torció ante los polacos Piotr Grundzien y Marcin Skrzynecki (0-3) en la lucha por el oro, el 7 de septiembre. Pese a todo, la plata venía a recompensar el empecinamiento de la pareja.

Ya en solitario, Álvaro, en su condición de cabeza de serie, evitó la ronda preliminar que disputaron 12 palistas y comenzó la competición en cuartos de final imponiéndose al chino Chen Chao (3-0). Luego, ganó al francés Bastien Grundeler (3-0) en semifinales y, definitivamente, en la final del día 2 el tailandés Rungroj Thainiyom le relegó (0-3) al segundo pero gratificante escalón del podio.

Esta medalla de plata individual fue revalidada cuatro años después en Río de Janeiro 2016, aunque esta vez tuvo un regusto especialmente amargo por cuanto el sevillano pudo llegar a sentir el brillo del oro en su cuello durante bastantes momentos del partido final ante el danés Peter Rosenmeier. Aquel domingo 11 de septiembre perdió por 2 sets a 3, con parciales de 11-5, 10-12, 11-6, 9-11 y 6-11, un duelo que tenía controlado.

Antes, Valera había avanzado por el torneo sin tacha alguna, batiendo en la fase de grupos al chileno Cristian Dettoni (3-0) y al rumano Bobi Simion (3-0), en cuartos de final al británico David Wetherill (3-2) y en semifinales a su verdugo en Londres, Thainiyom (3-1). Por equipos, en su quinta comparecencia con Morales, superó los octavos de final (2-1 a Brasil) y tropezó en cuartos de final ante Reino Unido (1-2).

Cinco años después, en Tokio 2020, volvió a ser el torneo por equipos el que le permitió subir al podio y colgarse una presea, esta vez de bronce, junto a su inseparable Jordi Morales. Los españoles, exentos en los octavos de final, arrasaron a Egipto (2-0) en cuartos, si bien en las semifinales cedieron por 1-2 ante Reino Unido en un intenso duelo en el que la victoria inicial en dobles no bastó ante las derrotas individuales, la de Valera por 2-3 ante Paul Karabardak.

El paso del sevillano por el Gimnasio Metropolitano de la capital japonesa se había iniciado días antes con el torneo individual de la clase 6, en el que aspiraba a todo. Sin embargo, ya le costó derrotar en el estreno al griego Kanellis Marios Chatzikyriakos (3-2) y al día siguiente se vio sorprendido por el chileno Cristian Dettoni (0-3). La victoria del heleno por 3-2 ante el chileno deparó un triple empate en el grupo A, pero el peor balance del número uno mundial le condenó a la eliminación y al decepcionante puesto undécimo.

Pero ahí no queda el inmenso palmarés de Álvaro, que posee más de un centenar de medallas en los diversos compromisos del circuito internacional, destacando que ha triunfado individualmente en los abiertos de Chequia (1999, 2001, 2003 y 2011), España (1999, 2014, 2016 y 2017), Bilbao (2003), La Coruña (2003), Agrigento (2005), Lignano (2007), Estados Unidos (2007), Hungría (2009, 2012, 2013 y 2014), Eslovaquia (2009, 2012, 2013, 2016 y 2018), Alemania (2009), Rivas (2009), Eslovenia (2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2016, 2017 y 2019), Rumanía (2010), Francia (2010), Costa Rica (2010), Bayreuth (2011), Gran Bretaña (2011), San Diego (2012), Polonia (2019) y Costa Brava (2020).

En la actualidad, Álvaro Valera, que es Premio Andalucía de los Deportes 2000 y 2011, vive en Madrid, ciudad a la que se trasladó en 2010, aunque baja con frecuencia a Sevilla, y prosigue plenamente activo en el deporte del tenis de mesa. De hecho, en enero de 2021 cumplió una década instalado en el número uno del ranking mundial de su categoría.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 28 de noviembre de 2021