Álvaro
Gijón
Álvaro Gijón de la Granja
26.04.1976
Granada
Juegos Olímpicos | Deporte | Categoría | Prueba | Resultado |
---|---|---|---|---|
1998 Nagano (Japón) | Esquí de fondo | Masculina | 10 km estilo clásico | Puesto 82 |
1998 Nagano (Japón) | Esquí de fondo | Masculina | 15 km persecución | Puesto 62 |
1998 Nagano (Japón) | Esquí de fondo | Masculina | 4x10 km | Puesto 19 |
1998 Nagano (Japón) | Esquí de fondo | Masculina | 50 km estilo libre | Puesto 42 |
Biografía de Álvaro Gijón de la Granja
Nacido el 27 de abril de 1976 en Granada, Álvaro es el mayor de los dos hijos –el otro se llama Rafa– que tuvieron sus padres, Álvaro y María Rosa. Con apenas meses tuvo su primer contacto con la nieve en Sierra Nevada, de ahí que este entorno haya sido habitual durante toda su vida, circunstancia en la que tiene mucho que ver que su padre se preocupase de inculcarle desde pequeño su pasión por la montaña. De hecho, con solo 10 años, se puso por primera vez un dorsal para participar en pruebas territoriales… y ganó. Dijeron las crónicas de entonces que “… de casta le viene al galgo”.
A esta edad, por tanto, nuestro protagonista se inició específicamente en la competición, en la que fue ascendiendo de categoría a medida que cumplía edad –alevines, aguiluchos y cadetes–, llevando a cabo todo el entrenamiento en las estaciones de Sierra Nevada y Puerto de La Ragua, con algunas escapadas a los Alpes franceses, siempre bajo la dirección técnica y atenta mirada de su padre y entrenador y otros técnicos como Carlos Melero y José Miguel Olmos.
El primer resultado significativo que habló a las claras de su nivel y capacidad para las pruebas de fondo se produjo con 12 años, en 1989, al ganar en el Campeonato de España alevín celebrado en Astún (Huesca) la medalla de oro en 2,5 km método Gundersen, que suma los resultados de las pruebas de técnica clásica, técnica libre y relevo 2×2,5 km. Dos años más tarde (1991), en el Nacional infantil en Candanchú (Huesca), un nuevo metal, esta vez la plata en 5 km método Gundersen. Y en 1993, ya en el Campeonato de España cadete –en Tuca (Lérida)–, medalla de bronce en 10 km técnica clásica y de oro en 10 km técnica libre.
Tal progresión en el panorama nacional recibió el premio de la incorporación de nuestro protagonista al equipo nacional júnior en 1993, bajo régimen de concentración permanente en el CAR de San Cugat del Vallés (Barcelona), donde compartió entrenamientos y experiencias con María José y Raquel Rienda, Carlos Díez y Haritz Zunzunegui, entre otros, a las órdenes de los técnicos italianos Luca Mandeli, primero, y Carlo Petrini y Carlo Zoller, después.
En tal categoría de edad, y en las pruebas de 10 km técnica clásica y 15 km técnica libre, volvió a brillar en el Campeonato de España de 1994 y 1995, año este último del que datan sus primeras competiciones internacionales, tales son una prueba de la Copa de Europa, en Seefeld (Austria), y la Universiada de Invierno que acogió Jaca, y en cuyas pruebas de esquí de fondo, disputadas en Candanchú, el andaluz acabó 59.º en 15 km y 56.º en 30 km.
La despedida de la edad júnior se produjo en la temporada 1995-1996, en la que el granadino se proclamó doble campeón nacional en 10 km y 15 km en Candanchú y participó internacionalmente en el Campeonato del Mundo júnior de Asiago (Italia) –66.º en 10 km técnica clásica y 34.º en 30 km libre– y en la Copa Kürrikula, considerada el oficioso Europeo júnior, en Prémanon (Francia) –8.º en 15 km libre.
Recién llegado a la edad sénior, se incorporó de inmediato al equipo nacional absoluto en la temporada 1996-1997, un año que resultó exigente en entrenamientos –supervisado por el italiano Gianluca Marcollini– y competiciones –diversas salidas al extranjero–, y con frutos competitivos que no satisficieron al andaluz. En el Campeonato de España absoluto, en Aranser (Lérida), subió dos veces al podio para recoger la medalla de bronce en 30 km y la de plata en 15 km. Por su parte, en el ámbito internacional, regresó a la Universiada de Invierno, en Muju (Corea del Sur) –63.º en 15 km y 18.º en 30 km–, debutó en la Copa del Mundo –prueba de Brusson (Italia)– y se prodigó en la Copa de Europa, destacando el 25.º lugar en 15 km logrado en la prueba de Cauterets (Francia).
El granadino llegó así a la trascendental temporada 1997-1998 en la que, dirigido por Carlo Petrini, se jugó el todo por el todo hasta obtener una plaza en el equipo olímpico español de Nagano 1998. Brilló en el Campeonato de España celebrado en Llanos del Hospital, en Benasque (Huesca) –medalla de plata tanto en 30 km libre como 15 km clásica–, y tuvo buenas clasificaciones en las pruebas de la Copa del Mundo de Santa Caterina (Italia) y Beitostolen (Noruega) como parte del equipo nacional de relevos 4×10 km, que estaba clasificado para los Juegos y en que el andaluz terminó entrando felizmente, lo que le abrió la posibilidad de competir en las pruebas individuales de fondo del programa de los Juegos.
Compitió por primera vez sobre la pista de Hakuba el 12 de febrero, en los 10 km estilo clásico, concluyendo 82.º (de 97 participantes), a 5:38.2 del ganador, el gran Bjorn Daehlie, de Noruega. Por la tarde, en la persecución, mejoró la posición y terminó 62.º (de 74), a 10:11.5 de otra figura, el también noruego Thomas Alsgaard.
Posteriormente, junto a Jordi Ribó, Diego Ruiz y Juan Jesús Gutiérrez firmó la 19.ª plaza (de 20 equipos) en relevos, a 8:32.2 de, cómo no, Noruega, y el 22 de febrero cerró su experiencia olímpica en los 50 kilómetros, con un buen 42.º puesto (de 75), tras casi 2 horas y media de competición, y a 14 minutos de Daehlie.
Tanta había sido la exigencia y las dificultades sufridas en los dos años previos a los Juegos y tan alta la satisfacción de haber logrado el gran sueño que era estar en el máximo evento deportivo universal que, tras regresar de Nagano, Álvaro, con solo 22 años, tomó la decisión de abandonar el equipo nacional, aunque no la competición, pues no colgó los esquís hasta 2001.
En estas tres temporadas más de corredor en activo, el granadino asistió a otras dos ediciones de la Universiada de Invierno –para un total de cuatro–, las de Poprad Tatry (Eslovaquia) en 1999 y Zakopane (Polonia) en 2001, y no faltó a su cita con el Campeonato de España, en La Ragua 1999 –medalla de plata en 30 km–, Benasque 2000 –medalla de bronce en 15 km– y La Ragua 2001, donde se despidió ganando su primer y único título absoluto, en 30 km.
Retirado del alto nivel, logró culminar la licenciatura en Ciencias Económicas en la Universidad de Granada, la cual le ha permitido trabajar en el ámbito económico de la empresa privada. Actualmente, sigue residiendo en Granada con su esposa, María Belén.
Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 16 de noviembre de 2020