Agustín Sandoval Murillo

DEPORTISTAS OLÍMPICOS Y PARALÍMPICOS ANDALUCES

Agustín Sandoval Murillo
Córdoba

Agustín Sandoval Murillo

08.10.1947

Belmez (Córdoba)

1
Juegos OlímpicosDeporteCategoríaPrueba
Resultado
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaConcurso general
Puesto 91
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaBarra
Puesto 75
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaParalelas
Puesto 88
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaSalto
Puesto 100
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaCaballo con arcos
Puesto 86
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaAnillas
Puesto 98
1972 Múnich (Alemania Federal)Gimnasia_ArtísticaMasculinaSuelo
Puesto 87


Biografía de Agustín Sandoval Murillo

La historia olímpica de la gimnasia andaluza comenzó a escribirse con la actuación en Múnich 1972 de este gimnasta nacido el 8 de octubre de 1947 en la localidad cordobesa de Belmez y que por la búsqueda de un mejor porvenir emigró junto a su familia –sus padres Agustín y Florencia y sus tres hermanas, todas mayores que él– al norte, a Vitoria, atendiendo el reclamo de sus dos hermanas mayores, quienes habían encontrado el trabajo que faltaba en su tierra.

Corría el año 1960 cuando nuestro protagonista llegó a la capital alavesa. Allí, encontró otras oportunidades, entre ellas la posibilidad de practicar deporte, cosa que decidió por voluntad propia –mientras sus amigos fumaban o tomaban vinos, como él recuerda– pidiéndole a sus progenitores que le apuntasen al polideportivo de Judizmendi, con el propósito de hacer natación o gimnasia. Decidido a aprender a nadar, lo logró en los primeros ocho meses en esta instalación, aunque su periplo en el vaso duró poco más ya que sus capacidades físicas y especialmente su nivel de flexibilidad llamaron la atención del director, Juan González, y el entrenador de gimnasia, Álvarez “el Fibras”, quienes le invitaron a pasarse a la gimnasia artística. “Para mí la gimnasia fue de no tener nada a tener algo”, rememora el andaluz.

Tras dos años de aprendizaje y desarrollo de sus cualidades, para satisfacción de quienes le detectaron, llegó el momento de debutar en competición con los colores del Club Judizmendi, cosa que sucedió en 1964 en pruebas de carácter provincial –campeón juvenil de Álava– y, fundamentalmente, en el Campeonato de España de Gimnasia Artística celebrado en el Frontón de Vitoria, donde obtuvo la 16.ª posición en la categoría de infantiles.

Pese a la discreta clasificación, esta actuación de Agustín Sandoval ante el público vitoriano determinaría su futuro, pues despertó el interés del entonces seleccionador nacional, Hermenegildo Martínez, quien le ofreció una beca en la Residencia Joaquín Blume. De esta forma, con el consentimiento de sus padres, el cordobés llegó a Madrid con 17 años, dando comienzo a una exigente vida cuyos soportes eran los entrenamientos en las instalaciones del INEF, las competiciones con el equipo nacional y los estudios de delineante de construcción –los terminó en 1968–, todo ello en un régimen de concentración permanente.

En tales condiciones, su nivel competitivo aumentó indudablemente, como demuestran los triunfos en dos campeonatos de España de menores, el de promesas de 1967 y el individual de 2.ª categoría de 1968, en ambos casos como gimnasta del Club Gimnasio Vitoria.

La temporada de 1969 trajo dos importantes novedades para Agustín: el fichaje por el madrileño Club Deportivo San Estanislao de Kostka –permaneció en él hasta 1973– y la primera internacionalidad absoluta representando a nuestro país, en el encuentro bilateral Francia-España celebrado en Saint-Gaudens. Esta primera comparecencia con el equipo nacional se vio engrosada en 1970 con la participación en otros tres encuentros, dos con Túnez y uno con Noruega, este último los días 3 y 4 de octubre en el Polideportivo del INEF de Madrid, resultando especialmente importante ya que de él emanó la selección del equipo español que participó en el sucesivo Campeonato del Mundo. Dicho combinado mundialista estuvo compuesto por José Ginés, Alberto Llorens, Cecilio Ugarte, Juan José Ruiz, Luis Miguel Torres y Jesús Carballo, con Sandoval como suplente. Ya en la competición celebrada en Liubliana (Yugoslavia) del 22 al 27 de octubre, el equipo se clasificó 16.º (entre 22) y nuestro biografiado no llegó a debutar.

A partir de 1971, su posición en el equipo se fortaleció, así como la confianza de los técnicos en él gracias a su trabajo, dedicación, entusiasmo e ilusión por alcanzar el sueño olímpico. Ese año viajó y participó en los Juegos Mediterráneos de Esmirna (Turquía) y consiguió, junto a sus compañeros Carballo, Ginés, Ruiz, Torres y Ugarte, la medalla de bronce por equipos. Asimismo, concurrió al triangular Suiza-Francia-España celebrado en mayo en Zúrich, pero no así al Campeonato de Europa de Madrid, ya que las tres plazas individuales fueron adjudicadas a Ugarte, Ginés y Llorens.

No obstante, la consagración del gimnasta de Belmez llegó en 1972. Primero, logró en el INEF de Madrid su primer triunfo en el Campeonato de España individual absoluto, batiendo al campeón de los dos años precedentes y compañero de club Cecilio Ugarte. Posteriormente, obtuvo el ansiado billete olímpico en la disputa del encuentro España-Rumanía de los días 19 y 20 de junio en Madrid, al conseguir una puntuación de 105,3 (nota media 8,775), superando la mínima (102) exigida por la federación internacional y siendo el mejor español. Y, como colofón a su gran campaña, participó en los Juegos de la XX Olimpiada de Múnich 1972, donde España no pudo clasificar al equipo, aunque sí se aupó con tres plazas en el concurso individual, que se otorgaron a Sandoval, José Ginés Siu y Cecilio Ugarte Pérez de Lazárraga.

Ninguno de ellos pudo asistir a la ceremonia de inauguración, ya que debutaron en el primer día de competición (27 de agosto) dentro de la primera ronda de la calificación, la cual se cerró el 29. En la suma de ejercicios obligatorios y libres, Agustín recibió una puntuación de 100,85, que le condujo a la 91.ª posición entre 113 participantes, a casi catorce puntos del primer clasificado, el japonés Sawao Kato (114,65), y obviamente sin poder avanzar a la final, reservada a los 36 mejores. Segundo mejor español ligeramente por detrás de Ugarte (89.º), tuvo su mejor valoración en el ejercicio libre de suelo (8,75), mientras que el más flojo fue el obligatorio de caballo con arcos (7,80).

Concluida la Olimpiada en el aspecto deportivo, recuerdo que guarda con muchísimo cariño, el andaluz conoció de cerca el reverso de aquellos Juegos como fue la Masacre de Berlín, el secuestro y asesinato de once atletas israelíes a manos de la organización terrorista palestina Septiembre Negro el 5 de septiembre.

Presto a estrenar su vitola de olímpico en 1973, una lesión en el tendón de Aquiles le apartó la práctica totalidad del año de los entrenamientos y las competiciones –se perdió el Europeo y el Campeonato de España, que volvió a ganar Ugarte– y no pudo volver a sentir el estímulo del público hasta 1974, temporada en la que recuperó el cetro estatal al imponerse por segunda vez en el Nacional, en la ciudad de Barcelona, lo que dio el derecho a viajar, siendo el único español, al Campeonato del Mundo de Varna (Bulgaria), celebrado del 22 al 27 de octubre y donde ocupó la 97.ª plaza general. Para rematar el año, acudió el 24 de noviembre al encuentro Holanda-España, en Prinsenbeek, que terminó con triunfo español por equipos y el de Sandoval en la clasificación individual general.

Reseñar, asimismo, que su regreso al Campeonato de España lo hizo defendiendo los colores de su nuevo club, el de la constructora madrileña Fersa, donde permaneció hasta su retirada del alto nivel y más allá, pues en dicha empresa enlazó su adiós como gimnasta y el comienzo de su vida laboral, ejerciendo como delineante de construcciones.

Continuando con el orden de los acontecimientos, la temporada de 1975 fue especialmente prolífica para el cordobés ya que a su tercera y última corona nacional unió una abundante actividad internacional, tales fueron las participaciones en el Campeonato de Europa de Berna (50.º clasificado), los Juegos Mediterráneos de Argel (medalla de bronce por equipos, 4.º en barra fija y 5.º en paralelas) y el Torneo Moscow News de exhibición, en la capital soviética y al que fue invitado junto a la sevillana Eli Cabello y el resto de campeones nacionales europeos. Curiosamente, Sandoval acabó 50.º y último al no haber podido competir en todos los aparatos.

Para completar el abrumador año de 1975, el andaluz se impuso en la clasificación individual del bilateral Reino Unido-España y terminó 7.º en su último Memorial Blume, en Barcelona, en cuyas ediciones precedentes había sido 9.º (1972) y 4.º (1974).

Gimnasta de clase, muy flexible, aunque irregular, como lo calificaban los rotativos deportivos de la época, se retiró del alto nivel en 1976 antes de cumplir los 29 años y a continuación de los Juegos de Montreal 1976 que tuvo que seguir desde casa pues fueron otros los que representaron a España. “Tras Montreal me di cuenta de que la edad se me había echado encima”. Cuarto en la general del Campeonato de España, en Gijón, la retirada se hizo efectiva en el match España-Reino Unido celebrado en Madrid en el que recibió un merecido homenaje.

Empleado público desde 1975 en el área de deportes del Ayuntamiento de Alcorcón, nunca ha abandonado la gimnasia ni la actividad física, de ahí su envidiable y envidiada condición física, ni la práctica ni la enseñanza de la misma, pues tras su despedida en 1976 y hasta 1999 enseñó a varias generaciones de niños y jóvenes los secretos de su deporte en el Club Fersa, que contribuyó a aquella pasión de nuestro biografiado disponiendo los medios necesarios (material, autobús hasta el pabellón de Aluche, etc.) para que los chavales fueran progresando. Como Agustín dice, “mi otro yo, el de entrenador, se fue apoderando de mí y dejé de ser gimnasta para empezar a enseñar a muchos que, luego, han sido a su vez entrenadores”.

Deportista y técnico respetado, profesa gran admiración por el sentimiento olímpico, siendo una persona accesible y agradecida en cuantos acontecimientos se le reclama en este sentido. En 1997, él mismo organizó en Alcorcón las bodas de plata de los Juegos de 1972, a las que acudió la mayoría de los participantes españoles en los mencionados Juegos.

Ya jubilado y rebasados los 70 años, reside junto a su mujer, Beatriz –con la que tiene dos hijas, Silvia e Irene–, en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón, a la que se mudó en 1991, disfrutando plenamente de la vida y de cuantos retos él mismo se propone o le propone su entorno familiar y de amistades.

Biografía extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y José Manuel Rodríguez Huertas, y actualizada a 20 de noviembre de 2020